27 abr. 2024

A 203 años de Independencia patria, madres nativas aún reivindican tierras

Hoy, el Paraguay celebra otro año de haberse independizado de los españoles aquel 14 y 15 de mayo de 1811. Mientras, mamás nativas siguen peleando por sus tierras y conmemoran mañana su día aguardando un futuro mejor para sus hijos.

Desafío.   Las madres indígenas se proponen dar mejores condiciones de vida a sus hijos.

Desafío. Las madres indígenas se proponen dar mejores condiciones de vida a sus hijos.

En coincidencia con los 203 años de la gesta histórica del 14 y 15 de mayo, Día de la Independencia del Paraguay del dominio español y en víspera de una fecha muy significativa como es el Día de la Madre; mamás mbya guaraní que se apostan con sus familias frente al Ferrocarril de Asunción siguen reivindicando tierras y mejores condiciones de vida desde hace unas semanas y recuerdan en la distancia a sus progenitoras. “Mba’epiko jajapota”, dicen con pena.

Brígida Villalba tiene seis hijos. Aprendió a ser madre con Analice, su primera hija hace 12 años atrás. Después vinieron Wenceslao (10), Giuliana (8), Salvador (5) y Eulalio (3). “Upéa ipaháma”, confiesa como dando punto final a sus gestaciones y da una carcajada que se esfuma como el humo del brasero.

Los indígenas festejan el Día de la Madre cuando la situación es buena, y cuando no, no. “Pero vamos a abrazar a nuestra mamá, hasta ahí”. Esta vez pasarán con tristeza, sobre todo las mamás que quieren ver a sus madres. Asimismo, aún deben lamentar no ser dueños de sus tierras y sentirse ajenos en su propia patria.

En Canindeyú vive doña Sixta, que dio a luz hace 30 años a Felipa Rojas. Ese cordón umbilical que unió a ambas pareciera que nunca se cortó. Felipa tiene tres hijos, todos nacieron con ayuda de Sixta.

“Con ella nomás tuve a todos mis hijos”. Su hija mayor es Magdalena, le sigue Cristian Rolando y el otro... “ndachemandu’ai”, relata la madre olvidadiza sentada de piernas cruzadas frente al antiguo lupanar asunceno.

En el interior y siendo indígena es más complicado ser mamá coinciden las nativas. La razón es simple: no tienen nada para dar a sus hijos más que amor. “Ijetu´u. Las madres sufrimos porque necesitamos muchas cosas”, reclaman.

Alicia Rodríguez de Yvy Moroti, en el distrito Toledo, se declara madre trabajadora. Cultiva la tierra con un poco de maíz y batata. Alicia tiene cuatro hijos. Repite como rezando un rosario sus nombres Rosana, Walter, Federico y Marisel. “Ahaihu chupekuéra”.

Responsabilidad. El mal pasar en sus comunidades hace que las madres indígenas tengan que llegar hasta Asunción para exigir tierra, alimento y buen vivir.

Librada Martínez tiene siete hijos, el primero salió de su vientre hace 30 años. “Todos ya se fueron de casa. Solo me queda la de 5 años. Por mí tendría más hijos, para que se queden a mi lado , pero como ya no puedo, solo me queda amarles mucho”, dice la madre que prevé festejar su día en una vereda de Asunción.