Erico, cuya carrera se inició en 1930 en el club de sus amores, Nacional, pasó a Independiente de Argentina luego de haber maravillado a la dirigencia del Rojo en un partido amistoso que disputó en una gira por ese país para la Selección de Cruz Roja durante la Guerra del Chaco.
En 1934 se daría el paso de Erico a Independiente de Avellaneda donde se destacó siendo máximo goleador del fútbol argentino al anotar 295 goles en 325 partidos y consagrándose en referente del Rey de Copas de Argentina.
Fue ídolo del mítico Alfredo Di Stéfano, el delantero argentino que fue leyenda del Real Madrid, quien declaró alguna vez su admiración por el paraguayo Erico. “Un estilista, era diferente. Saltaba como loco, de cabeza era una bestia y tenía una pinta muy buena. Hacía cosas que no hacían los demás”, destacó.
Erico jugó para Nacional, Independiente y Huracán de Argentina. También fue entrenador donde dirigió a Flandria de Argentina, Nacional y Sol de América.
Su fallecimiento se produjo el 23 de julio de 1977, en Buenos Aires. Por largos años su féretro reposó en el Club Independiente, hasta que la Asociación Paraguaya de Fútbol hizo un esfuerzo para repatriar sus restos y actualmente descansan en el estadio Defensores del Chaco.