The Empire Strikes Back (1980) cumple 40 años consolidada como la cima de Star Wars, algo curioso para una cinta muy oscura y en la que triunfaba el mal dentro de una saga de ciencia-ficción erigida, principalmente, sobre valores positivos como la esperanza, la rebeldía o la amistad.
La cinta cargaba con la pesada losa de ser la secuela de la que por entonces era la película más taquillera de la historia: Star Wars: Episode IV-A New Hope (1977). Pese a ello, también triunfó en taquilla (aunque su presupuesto se disparó durante la producción) y, amplió y refinó el entramado narrativo de Star Wars, ya con George Lucas como productor tras cederle el testigo de la dirección a Irvin Kershner.
Con una atmósfera tenebrosa y dramática, Kershner, apoyado en un sólido guion de Lawrence Kasdan a partir del trabajo previo de Leigh Brackett y George Lucas, salió victorioso de esta encerrona galáctica pese a que, al parecer, en algunos momentos estaba un poco perdido con los efectos especiales. EFE