17 may. 2024

30 de abril: Día del Maestro y la profe Mayó

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En el mundo de la educación, hay una figura muy significativa: la maestra, o mejor conocida como “la profe”.
Hoy, en homenaje al Día del Maestro, quiero dejar una carta, escrita muy desestructurada, pero con la intención profunda de dar las gracias.

Profe es quien motiva a creer en nosotros mismos, a superar nuestros miedos y a perseguir nuestras metas con pasión y determinación.

La profe no solo transmite conocimientos, sino que también moldea corazones y mentes, especialmente en lo que respecta a la educación emocional. En el Día del Maestro, quiero rendir un homenaje especial a esos guardianes del corazón de la educación, en especial a aquella que, en el aula y en casa, me enseñó lo maravilloso que es moldear la vida de los más peques, con su ejemplo de amor profundo hacia su profesión, la profe Mayó.

Los maestros son mucho más que educadores; son guías, mentores y, en muchos casos, una fuente de inspiración para sus alumnos. Su impacto va más allá de las aulas, dejando una huella imborrable en las vidas de quienes tenemos la suerte de cruzarnos en su camino. Y en verdad, esto no solo lo escribo, lo pude vivir, lo pude ver y agradecer, en un momento crucial de la experiencia de mi vida, cuando una maestra, la profe Mayó, cosechó el fruto de su siembra. Ella siempre planta semillas de amor y compasión en sus alumnos, y estas semillas dieron sus frutos en forma de apoyo y acompañamiento, incluso más de diez años después, en aquella época crucial.

En un mundo cada vez más enfocado en lo académico y lo técnico, el maestro recuerda constantemente que la educación va más allá de los libros y las fórmulas. Son ellos quienes nos enseñan, en la mayoría de las veces, a manejar nuestras emociones, a ser empáticos, a trabajar en equipo y a ser resilientes frente a los desafíos de la vida. Ellos nos enseñan a ser personas, aparte de sus propias materias académicas.

La profe que enseña desde la vocación, es como una arquitecta de sueños, es la que ve el potencial en cada uno de sus alumnos y trabaja para ayudarlos a alcanzarlos.

En un mundo lleno de distracciones y desafíos, el maestro es como un faro de luz que nos guía hacia un futuro mejor. Son ellos quienes nos enseñan valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad, formándonos no solo como buenos estudiantes, sino también como buenas personas.

En este Día del Maestro, recordemos la importancia de su labor y el impacto que tienen en nuestra educación emocional. Agradezcamos a esos seres excepcionales que dedican sus vidas a sembrar semillas de conocimiento y amor en nuestros corazones.

A todos los maestros, ¡gracias por su dedicación, su pasión y su amor incondicional! Su labor no tiene precio y su legado perdurará por generaciones.

Gracias, profe Mayó, por ser la profe que tus alumnos necesitan y por enseñarnos todos los días que “la educación es cosa del corazón” (D.B.)

¡Feliz Día del Maestro!

Belén Espínola (*)
(*) Sicóloga Clínica Infantil. Especialista en educación emocional

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