La erupción de violencia, la más importante entre Gaza e Israel desde agosto de 2022, comenzó el martes con ataques israelíes contra la organización Yihad Islámica, considerada “terrorista” por el gobierno israelí, la Unión Europea y Estados Unidos.
La Unión Europea pidió “un alto el fuego inmediato que ponga fin a las operaciones militares israelíes en Gaza y al inaceptable lanzamiento de cohetes contra Israel”. Por su parte Estados Unidos instó a todas las partes a “garantizar que se evitan las muertes de civiles y que se reduzca la violencia”, mientras que el secretario general de la ONU reiteró que seguía “con gran preocupación la peligrosa escalada en Gaza e Israel”.
Este jueves un hombre murió en Rehovot, al sur de Tel Aviv, y varias personas resultaron heridas tras caer un cohete sobre un edificio residencial, informaron la policía y los servicios de emergencia.
En Gaza, controlada por el movimiento islamista Hamás, el ministerio de Sanidad informó de 29 muertos desde el martes, entre ellos niños, y más de 80 heridos.
También murieron combatientes de la Yihad Islámica y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), según estos grupos.
Periodistas de la AFP fueron testigos de numerosos ataques israelíes contra Gaza y del lanzamiento de cohetes contra territorio israelí a lo largo del día. En las localidades adyacentes a la Franja de Gaza, las sirenas de alerta sonaban a intervalos regulares.
El ejército afirma que el 25% de los cohetes disparados desde la Franja de Gaza cayeron en este territorio, y mataron a cuatro personas, entre ellas tres menores.
La AFP no pudo obtener una reacción de Hamás ni de la Yihad Islámica a estas afirmaciones. El ejército israelí declaró haber atacado 191 objetivos en toda la Franja de Gaza.
La Yihad Islámica dijo que “los asesinatos israelíes no quedarán impunes y todas las opciones están sobre la mesa para la resistencia”, mientras que Hamás aseguró el jueves que “la resistencia está unificada”.