AFP
Los comicios fueron una farsa, dijo el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, en Twitter, y señaló que su país rechaza la dictadura de Maduro e incluso iniciaron la aplicación de sanciones económicas que volverán más difícil la situación de los venezolanos y puede aumentar la diáspora en busca de mejores condiciones de vida.
“Las elecciones de ayer (...) refuerzan el carácter autoritario del régimen, dificultan la necesaria reconciliación nacional y contribuyen a agravar la situación económica, social y humanitaria que aflige el pueblo venezolano, con impactos negativos y significativos para toda la región”, sostuvo la cancillería brasileña.
Maduro, de 55 años, tuvo 68% de sufragios contra 21% del ex chavista Henri Falcón, quien consideró el proceso ilegítimo y pidió repetir la votación, acusando al gobierno de compra de votos y chantaje con los programas sociales. “Quedó en evidencia que no hay sustento popular y que perdió legitimidad”, dijo el diputado opositor José Manuel Olivares.
La abstención alcanzó un récord de 54%, y Maduro, reelegido por seis años, perdió poco más de un millón de votos frente a su elección en 2013. “Los escenarios están cantados: tensión política, radicalización, represión, desconocimiento internacional masivo, agudización de las sanciones y clímax de la crisis económica”, aseguró el analista Luis Vicente León.
“No me alcanza nada”. Venezuela sufre la peor crisis de su historia reciente: el FMI estima la caída del PIB en 15% y la hiperinflación en 13.800% para 2018. Su producción de crudo cayó al peor nivel en 30 años.
Los venezolanos soportan la falta de comida y medicinas, el alto costo de vida con un ingreso mínimo que solo da para medio kilo de carne, y el éxodo de cientos de miles. “Mi pensión de vejez no me alcanza para nada. Espero que el gobierno mejore la economía”, dijo ayer Miguel Medina, de 61 años, a las afueras de una estación del metro de Caracas.
Estados Unidos, al que Venezuela vende un tercio de su producción de crudo, amenaza con un embargo petrolero. Maduro confía en China y Rusia pero un nuevo gobierno, considerado ilegítimo, no tendrá capacidad de maniobra ni en finanzas internacionales ni en diplomacia, advirtió el analista Andrés Cañizalez.