El ingeniero e investigador Samual Hirschkorn compartió detalles de lo que pudo descubrir mediante un trabajo de investigación sobre el calendario al respecto de la Semana Santa, la Pascua y el impacto de la luna con relación a la elección de fechas importantes.
El estudioso explicó que el origen de la Semana Santa se da con la Pascua, siendo esta una festividad judía donde se conmemora el Éxodo del pueblo judío, luego de 400 años de esclavitud en Egipto.
Los judíos conmemoran la Pascua el primer día de luna llena después del equinoccio de marzo. Es decir, lo celebraron este martes último; día en que se registró la aparición de esta luna en medio de todo su brillo y esplendor.
El cuestionamiento ahora pasa a ser el siguiente: ¿Cómo se congenia la Pascua judía con la Semana Santa?
Jesús, hijo de Dios, según los evangelios, ingresó a Jerusalén en lo que hoy conmemoramos como Domingo de Ramos, con el fin de festejar la Pascua judía. También, según los escritos bíblicos, Jesucristo tuvo su pasión y muerte en esa misma semana.
El ingeniero precisó que hasta el año 325, cuando se convocó al Concilio de Nicea (primer concilio ecuménico), tanto judíos, gentiles como romanos, festejaban la Pascua el mismo día que lo hacían los judíos, hasta que una reunión lo modificó todo.
Mediante un concilio, convocado por Constantino, emperador romano, se tomó la decisión de que los cristianos no festejen la Pascua el mismo día que lo hacían los judíos. De esa manera quedó fijada la idea de que la Pascua se festeja el domingo siguiente a la primera luna llena después del equinoccio de marzo; día en que, recordemos, los judías celebran el Éxodo del pueblo.
En el mismo encuentro establecieron que, en caso de que ambas fechas coincidan, el Domingo de Pascua de Resurrección los cristianos lo festejarían una semana después. En el Concilio de Nicea también se dio la creación del credo niceno, esto en el mismo año, recordó.
Es de esta forma en donde un equinoccio es el que determina la fecha de la Pascua para todos los cristianos.
Hirschkorn inició el estudio del calendario en el año 2009. Pese a contar con toda una mina de oro en materia de historia, nunca ha publicado un libro con todos sus descubrimientos. Todo lo recabado no tiene nada de ficción, según aclaró, y sí “pura historia”. Espera publicar tal legado lo antes posible.