28 mar. 2024

Transparencia binacional

Miguel Benítez – TW: @maikbenz

Hace una semana, este diario publicó unos fragmentos de la Nota Reversal que modifica el Anexo C del Tratado de Yacyretá. En las informaciones se exponía el monto real que cobrará Paraguay (calculado al año 2015), en concepto de compensación por territorio inundado. La cifra es de USD 635 millones, previos descuentos a la deuda de la ANDE con EBY.

En abril de este año, y meses posteriores, autoridades del Gobierno y de Yacyretá afirmaron que la compensación sería de USD 1.000 millones y no habían mencionado explícitamente los débitos que tendría a cuenta de la empresa pública. En varias presentaciones solo se mencionó que la ANDE tenía compromisos con la EBY, pero nunca se especificó que el pago se extraería de lo que el Tesoro paraguayo tiene que recibir por territorio inundado. Según técnicos del sector, había otras fórmulas que se pudieron haber aplicado para que la estatal eléctrica honre su deuda. ¿Costaba mucho hacer un debate amplio al respecto?

Las autoridades del Ejecutivo se molestaron por las publicaciones y señalaron que la información ya se sabía. Que se trataba de una mera acusación.

No obstante, lo que olvidaron puntualizar fue que la Nota Reversal, que debe ser estudiada en el Senado, jamás fue socializada por la Cancillería Nacional. Prometieron difundirla recién el año próximo, cuando ya haya ingresado al Congreso y cuando pase el tufo electoralista. Es decir, el documento publicado por este matutino no se debió a una información oficial, sino que nuevamente tuvo que ser filtrada por las fuentes. Ahora, los senadores tuvieron que exigir copias. Si desde un principio se explicaba que la compensación que recibiría Paraguay iba a ser menor, no se habría generado tanto estupor.

Es solo una muestra de que, en estos casi cuatro años de negociaciones, las conversaciones con los argentinos distaron mucho de ser transparentes. Se tenía que investigar bastante para conocer detalles de lo negociado. No se hizo una sola audiencia pública entre las autoridades oficiales y los técnicos disidentes acerca de Yacyretá, se presentaban por separado. El Gobierno argumentaba que filtrar las estrategias podía entorpecer el arreglo de la EBY.

Pero lo concreto es que tanto Yacyretá como Itaipú, así como futuras obras hidroeléctricas, son causas nacionales, pertenecen a todos. Desde el novel estudiante de Ingeniería, hasta el más erudito electromecánico merece tener información de lo que se hace con su patrimonio. Jugar al escondite, por supuesto miedo a represalias partidarias, no resulta sano. Alguna vez la clase política tiene que poner las verdaderas prioridades por encima de las pañoletas.