19 abr. 2024

Trabajan más, ganan menos y lideran las cifras de violencia

En Paraguay ser mujer no es fácil y las estadísticas dan cuenta de eso. El movimiento feminista en el país demostró en las últimas dos manifestaciones, la del 25NPY (marcha por el Día Internacional para la Eliminación de Toda Forma de Violencia) y la del 8MPy de 2017, que las mujeres ya no se callan ante el acoso, la violencia y la inequidad salarial.

Saben, por ejemplo, que el hombre gana un 37% más que ellas, que trabajan más y que cobran menos, que están en la mayoría de los casos “esclavizadas” trabajando de domésticas y que solo pueden percibir el 60% del salario mínimo.

Para la politóloga Milda Rivarola, con las multitudinarias marchas de mujeres se puede observar un fenómeno interesante. Explica que en los años 80 aparece de nuevo el feminismo en Paraguay, que había quedado como un enclave de mujeres intelectuales que con el paso del tiempo fueron poniéndose mayores y tenían su espacio de feminismo propio; es decir, no llegaban a bajar a la calle.

“Antes esto era visto como una cuestión minoritaria y lo que yo vi en las movilizaciones anteriores fueron muchas mujeres que no precisamente eran feministas, eran mujeres jóvenes. La idea del feminismo está prendiendo en Paraguay”, señaló la investigadora.

violencia. Aunque existe aún el prejuicio hacia el feminismo, fomentado principalmente por grupos conservadores, cada vez más las mujeres, las jóvenes, entienden la necesidad de buscar la igualdad, porque muchas de ellas pueden reconocer en lo cotidiano situaciones que las ponen en una relación de subordinación en un sistema patriarcal (predominio de la autoridad del varón en la sociedad).

Rivarola señala que al mismo tiempo que las mujeres van alzando su voz, reivindicando sus derechos, podemos leer en los diarios o ver en la televisión que existe una exacerbación contra la mujer; se registran más feminicidios.

Según el registro del Centro de Documentación y Estudios (CDE), suman 10 feminicidios en lo que va del año. Las sobrevivientes de intentos de feminicidios y otras agresiones son 16. En 2017 hubo 53 casos y en 2016, 43, según CDE.

espacios. El segundo paro del #8MPy se desarrolla en plena campaña para las elecciones generales. Pese al crecimiento del movimiento feminista y a la necesidad de que más mujeres ocupen espacios dentro de las listas electorales, solo 4 de 30 inscriptos para la Cámara Alta en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) son mujeres. El proyecto de ley de paridad democrática, que busca promover la igualdad en espacios públicos, sigue durmiendo en Senadores desde junio de 2016.

El intento de incluir mayor representación femenina en los espacios de poder se dio en 1996 con la incorporación de una cuota en el Código Electoral. Los partidos políticos deben presentar al menos 20% de mujeres en sus listas para las candidaturas, pero esto no se cumple. La representación femenina en el Senado es de solo 17%.

Para la candidata al Senado, la feminista Lilian Soto, del Partido Kuña Pyrenda, la paridad no es ver si las mujeres pueden alcanzar un poquitito más de espacio o una cuota. Sostiene que ese debate está superado y que el concepto democrático señala una necesidad de participación.

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Hay leyes, pero no se cumplen


La Ley 1600 contra la violencia doméstica rige desde el año 2000 en Paraguay; sin embargo, esto no ha evitado que las mujeres sean violentadas en el seno de su hogar frente a sus hijos, ni siquiera se cumple el protocolo de protección. También en 2017 se reglamentó la ley de lactancia materna, pero la mayoría de las empresas no cuentan con salas de lactancia; las normativas están, pero las mujeres deben administrar otra penosa realidad desde sus distintos ámbitos.

Paridad: “Habrá que pelear”

Para la politóloga Milda Rivarola alcanzar la paridad democrática se pone difícil cuando el 90% de los que deben votar a favor de la ley son hombres que temen perder sus espacios de poder.
Comenta que si se compara los datos del último periodo del estronismo, había mujeres senadoras –sobre todo coloradas y opositoras– y casi en la misma proporción que en la actualidad. “Toda la campaña de empoderamiento, de igualdad, toda la legislación, no tuvo resultados si al final retornamos al lugar de donde habíamos salido”, sostiene.

Explica que esto se debe a los mecanismos que tiene el poder patriarcal de defender sus lugares de poder masculino. “Lo otro que se da también y muchas veces da vergüenza hablar es que los espacios de mujeres son de valor agregado, es decir, son hombres políticos los que colocan a sus mujeres, amantes, a sus hijas para seguir manejando ellos el poder”.

“Hay una perversión ahí. Los hombres ponen a mujeres que pueden controlar. Hay como una doble pérdida. No aumentó la proporción real de mujeres en el poder y otra que los hombres aprovecharon la cuota para tener doble poder con las mujeres”, afirma la investigadora.

Sobre la Ley de Paridad Democrática que duerme en el Senado, dijo tiene sus antecedentes en países como Francia, Chile y sociedades más desarrolladas. “Ahora empezó acá. Yo no veo mucha chance cuando el poder que decide sigue siendo masculino. El 90% de esa Cámara que tiene que decidir esa ley está compuesta por hombres que ven en esto una pérdida de espacios de poder. Habrá que pelear bastante”.

“Jueces ignoran legislación”

Los mecanismos de aplicación de la Ley Contra la Violencia Doméstica siguen teniendo muchas fallas y sobre todo en el interior del país, en donde las mujeres aún no se sienten protegidas si hacen una denuncia.

La abogada Graciela Azcona, del Consultorio Jurídico Feminista, comentó que la Ley contra la Violencia Doméstica no debe llegar a las mujeres solo como una información, sino también fortalecer la autoestima de las mismas, al darle un poco de fuerza en el sentido de que si denuncian no van a ser doblemente agredidas.

“También hay que brindarles esa seguridad de que pueden confiar en las instituciones y de que su caso va a ser investigado, estudiado”, señaló.

Azcona lamentó que los juzgados de Paz, que son las instancias donde se deben dar esas medidas de protección, no manejan el tema como se debería. No tienen un conocimiento de la ley. “Hablo por experiencia. Yo como abogada tuve casos de violencia y cuando recurrí al juzgado para que dicten la medida de protección, te dicen: “vení mañana, pasado”. ¿Este magistrado no sabe que la medida es de carácter urgente?”, expresó.

Para la aplicación de la Ley contra la Violencia Doméstica es necesaria la inmediatez, que el juez vea al denunciante y que escuche la primera fuente porque no es lo mismo que leer la denuncia, sentenció.
“Esto mismo ocurre en los centros de salud para que te entreguen un certificado médico donde dice que vos estuviste golpeada. Los funcionarios policiales, judiciales y de salud deben estar sensibilizados en el tema”.

“Temen a la ley de lactancia”

Comparando el espacio que tenían las mujeres en el trabajo hace 20 años, hoy se puede decir que se avanzó bastante, pero aún queda mucho camino por recorrer en materia de igualdad.

Así lo explica Carolina Bestard, quien se dedica hace años a la consultoría de recursos humanos.
Comentó que todavía hay empresas que más disimuladamente piden que se contrate preferentemente a hombres en lugar de a mujeres. La preocupación de los empresarios tiene que ver con cumplir leyes vigentes como la ley de Lactancia Materna, que extiende el periodo de permiso por maternidad.

“Esto por ejemplo les hizo a los empresarios retroceder de vuelta en su visión de incorporar a más mujeres en el trabajo. Esto por el periodo extendido de maternidad”, comentó la experta en recursos humanos.

Pero no obstante –explica Bestard– las mujeres están mucho más protegidas porque tienen más espacios ganados y su situación es mucho más equilibrada con relación a la preferencia que se hacía con los hombres.

“Las mujeres son más conscientes de sus derechos, hablan más, exigen más a las empresas. Pero hay todavía un camino por recorrer de parte de los empresarios”, sostiene.

Una de las principales reivindicaciones de las mujeres por el Día Internacional de la Mujer es precisamente el cumplimiento de la Ley 5508 “De promoción, protección de la maternidad y apoyo a la lactancia materna”, que prevé los permisos de maternidad, la instalación de guarderías y otras garantías para el niño y los padres.