AFP y EFE
RÍO DE JANEIRO - BRASIL
El presidente de Brasil, Michel Temer, prefiere que el ex presidente Lula da Silva sea “derrotado políticamente” ante la inminencia del juicio que podría ratificar su condena de cárcel y complicar la postulación del líder de la izquierda a las elecciones de octubre.
“Si Lula fuese derrotado políticamente, sería mejor de que fuera derrotado (en la justicia) porque fue victimizado. La victimización no es buena para el país ni para un ex presidente”, dijo el conservador Temer en una entrevista publicada ayer en el diario Folha de São Paulo. El miércoles, un tribunal de apelaciones de Porto Alegre decidirá si ratifica la condena de 9 años y medio de cárcel contra Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero, dictada en julio por el juez Sergio Moro.
Si el juez de segunda instancia ratifica la condena, el ícono de la izquierda de 72 años y líder en intención de voto para octubre estará más cerca de la cárcel y de una invalidación de su eventual candidatura. Aunque en principio podrá seguir libre y hacer campaña hasta agotar todos los recursos ante cortes penales y electorales. “Creo que si Lula pudiera participar en la elección, será una cosa democrática y el pueblo dirá si lo quiere o no”, manifestó Temer, que asumió el poder en el 2016 tras el impeachment a la delfina de Lula, Dilma Rousseff (2011-2016). La expectación en torno al juicio de Lula es grande. Las autoridades brasileñas ya anunciaron un operativo especial de seguridad ante eventuales disturbios en Porto Alegre, mientras que el Partido de los Trabajadores (PT) calienta motores para sus movilizaciones multitudinarias bajo el lema Elecciones sin Lula son un fraude.
recuperación moral. Temer aseguró en una entrevista publicada que dedicará el último año de su mandato a su recuperación moral, después de haberse visto salpicado por varios escándalos de corrupción. “Este año voy a dedicarme, entre otras reformas, a mi recuperación moral. Lo que hicieron conmigo es una cosa desastrosa”, señaló el mandatario al diario Folha. El jefe de Estado, cuyo mandato concluye el 1 de enero, denunció un intento brutal para intentar desmoralizar al presidente de la República y por ello, dijo, se dedicará permanentemente a su recuperación moral. “No voy a salir de la Presidencia con la fama de una persona que cometió ilícitos”, resaltó. Temer fue denunciado en dos ocasiones por la Fiscalía por asuntos de corrupción, pero consiguió librarse gracias al apoyo del Congreso.