Cuando Nicanor Duarte Frutos asumió la presidencia de la República en el 2003 logró un consenso nacional que permitió salvar al país de la inminente cesación de pagos (default) y que se aprueben reformas económicas para consolidar el crecimiento macroeconómico.
Esta consolidación a nivel macro no hubiese sido notoria inmediatamente si es que un grupo grande de paraguayos no hubiese emigrado a España y no hubiese enviado remesas que posibilitaron que la microeconomía no sienta los efectos del desarreglo económico a gran escala.
Los años posteriores donde los países vecinos registraron una buena situación económica ayudaron a la consolidación del crecimiento económico, y permitieron que Nicanor deje al Gobierno siguiente unas arcas fiscales con superávit.
El Gobierno de Fernando Lugo encontró una casa ordenada, y ayudado por la situación regional mantuvo ese crecimiento durante los primeros años de mandato. En el 2011, una alianza colorado liberal en el Parlamento aprobó un aumento salarial desmedido para el sector público, lo que provocó que se inicie una etapa de déficit fiscal (saldo negativo en las cuentas fiscales) que hasta hoy continúa.
En el 2013, el Gobierno de Federico Franco logró que el Parlamento apruebe la primera emisión de bonos del Tesoro en el mercado internacional, que permitió iniciar una serie de obras públicas que anteriormente eran financiadas con créditos de organismos multilaterales. Un país desconocido como Paraguay comenzó a atraer la mirada de inversores extranjeros y se arriesgaron a poner su dinero en los papeles paraguayos.
Los bonos del Tesoro paraguayo tímidamente están ganando espacio en el mercado internacional, con tasas cada vez más bajas, algo muy atípico para países con economía emergente.
Si en el Gobierno de Duarte Frutos no se hubiese iniciado la tarea, el Gobierno de Horacio Cartes no hubiese logrado esta semana colocar los papeles a una tasa inferior al 5%.
Para los inversores extranjeros que adquieren papeles del Tesoro generalmente los ruidos internos de un país no afectan al interés por los papeles, a no ser que las noticias reflejen una situación complicada a nivel económico con un futuro similar.
Por eso es que Cartes necesita continuar haciendo bien los deberes, independientemente de quién lo suceda en el cargo en el 2018. Y para que la situación económica continúe creciendo con bases fuertes se precisa de un acuerdo entre todos, donde cedan intereses los poderes Ejecutivo y Legislativo en beneficio del país. Solo si ambos sectores anteponen el país a sus intereses podremos seguir avanzando para consolidar una situación económica mejor.