Por Sergio Cáceres Mercado
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El viejo Garry Marshall, fiel a su estilo, nos entrega una comedia más. Aunque su receta de enlazar historias aparentemente desconectadas ya está más que gastada, sigue de todos modos haciendo reír y conmoviendo a muchos.
Esta vez son cuatro historias, todas ellas con el común denominador de la maternidad y, por supuesto, con mujeres como protagonistas. Claro que los hombres están presentes, aunque en un rol secundario, pues se trata de madres que viven su condición de distintos modos. Esta forma coral de ir narrando las vicisitudes de cada una, tiene la ventaja de mostrarnos cómo sería la vida si pudiéramos seguir simultáneamente a las personas que conocemos. Cada una tiene sus preocupaciones y valores, que son distintas a otras cercanas a ellas; pero también vemos lo mucho en común que hay entre las más diversas personas.
Aunque en esencia es una comedia, siempre está el drama de por medio y en la justa medida de no opacar a la risa. Algunas historias son más tristes que otras, como aquella que nunca conoció a su madre o aquella que tuvo que abandonar a su hija sin saber nada más de ella. Pero, insisto, lo central es lo cómico, y en eso nunca falla Marshall y creo que no defrauda a sus seguidores.
Las actrices elegidas son viejas conocidas del género, donde resalta una sobria Julia Roberts, quien otra vez más acepta trabajar con el director que la catapultó en Pretty Woman. También hay otras experimentadas, como Kate Hudson o Jennifer Aniston, que comparten roles con rostros que están empezando, tal es el caso de Britt Robertson.
Además de pasarlo bien entretenido y entre risas, se desliza el mensaje de la importancia de las madres en la vida de todos. Una idea válida y que por ser universal hacen recomendable la película.
Calificación: *** (buena)