En entrevista, el mandatario confesó que le costó asimilar que por fin se alcanzó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) luego de arduas negociaciones desde 2012 en Cuba. Y fueron las víctimas de la guerra interna –unos 8 millones de colombianos– quienes le dieron una gran lección de vida y lo impulsaron a perseverar en el diálogo.
Santos negó que con el pacto Colombia se vuelva un país castrochavista como aseguran sus opositores, los ex presidentes Álvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002). También dijo que depende del ELN (Ejército de Liberación Nacional, segunda guerrilla activa) instalar una mesa formal de diálogo antes del plebiscito del 2 de octubre, en el que los colombianos votarán “Sí” o “No” al acuerdo con las FARC. Desde que el Gobierno de Colombia y la guerrilla FARC comenzaron a negociar para terminar un conflicto armado de medio siglo, mucho se especuló sobre la posibilidad de que los responsables de un eventual acuerdo se coronara con el premio Nobel de la Paz. afp