La tenencia del balón y dominio del juego fueron exclusividad del Ciclón. Los azulgranas predominaron y marcaron la diferencia en el segundo tiempo.
PARA EL OLVIDO. En un primer tiempo insulso, donde los azulgranas mandaron porque el rival no tenía argumentos para contrarrestar el juego y mucho menos para hacer daño, lo más llamativo fue la nueva figura y las improvisaciones que introdujo dentro de su cuadro César Farías. Chelo Estigarribia jugó de lateral izquierdo y Jorge Rojas volanteó por adentro en un esquema 4-1-3-2. Paradójicamente en un club que más mediocampistas contrató.
Los azulgranas encontraron el primer gol a los 12' tras una inspiración individual de José Ortigoza que metió una diagonal, se libró de dos marcadores, sacó un potente y rastrero remate.
River estuvo a punto de igualar el marcador en el primer periodo, tras un error compartido entre Leo Cáceres y Antony Silva.
Los futbolistas azulgranas venían de un largo descanso y jugaron con un desgano tan notorio y que orilló la displicencia de parte de algunos.
En el complemento, Ortigoza anotó el segundo y condujo a su equipo hacia la goleada. Luego siguió el monólogo azulgrana en el control del juego, que aumentó cifras aprovechando el desconcierto del Kelito. Los goles de Guillermo Beltrán y Fabbro fueron más vistosos, por la concepción de los mismos.