El tradicional camino que conduce al retablo de maíz se convirtió en barro con las constantes lluvias dispersas. Pero a los feligreses poco les importa esta condición, como el caso de doña Fabiana Sanabria, quien vino desde Luque para acompañar la procesión.
A Julio Daniel Ramírez, de San Ignacio, tampoco le molesta caminar por el lodo y admirar esta presentación religiosa y artística. “Esto cada año nomás se ve, no hay que perderse”, expresó.
Desde la organización advirtieron que el recorrido no se suspende por lluvias; en caso de precipitaciones, la procesión se realizará en el predio del artista Koki Ruiz, informó la periodista de ÚH, Saira Baruja.
La procesión a través del yvága rape se realiza en la tarde de este Viernes Santo con los estacioneros y el coro de niños de Luque, los mismos que cantaron al papa Francisco cuando visitó Paraguay, además del Coro del Espíritu Santo de Ciudad del Este.
El recorrido termina en La Barraca, donde se encuentra el retablo iluminado, cuya estructura es la misma que se utilizó en la misa de Ñu Guasu, que ofició el Sumo Pontífice en julio del año pasado, pero con un nuevo cuadro central que representa la última cena de Cristo y sus apóstoles.
Unas 20.000 velas de apepu y 2.000 antorchas iluminarán el trayecto de los feligreses que acompañarán las actividades de este Viernes Santo.
Antes de las actividades de Tañarandy, los turistas aprovechan para conocer San Juan Bautista. Dos buses repletos de asuncenos llegaron a la ciudad en la mañana de este viernes.
Sus ocupantes visitan la catedral y recorren por la manzana cultural, reportó la corresponsal de ÚH, Mariela Rivarola.