Al anunciarse la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, el club se apresuró a felicitar a su propietario, pero los habitantes del pueblo ubicado al norte de Aberdeen aún tienen atravesadas sus promesas de empleo, jamás respetadas.
Y muchos se quejan también del muro construido alrededor del Trump International Golf Links por el empresario y futuro presidente, cuya madre nació en Escocia.
“Nos había prometido 1.400 empleos, un hotel 5 estrellas, dos campos de golf, un centro ecuestre, y no hemos recibido nada” se queja Michael Foote, cuya propiedad da al golf del próximo jefe de Estado norteamericano.
Finlay Muro también se queja. Este joven de barba pelirroja ha visto al millonario construir el muro en torno al golf, colindante con su propiedad. “No es el vecino ideal. Hemos tenido muchos problemas con él en estos diez años”, explica a la AFP.
“Escocia es un laboratorio de lo que va a abatirse sobre el mundo con la presidencia Trump”, afirma un documentalista escocés.