La suba de los precios de alimentos es lo que más está golpeando al bolsillo de los consumidores. El informe del BCP revela que solo en los últimos seis meses el precio de las frutas y verduras a nivel general treparon 40,5%, por ejemplo, el precio por kilo del locote subió hasta en un 20,8%, la papa en un 11,6% y el queso paraguay en un 9,1%.
Otros rubros alimenticios, como el huevo, han tenido un incremento del 28,7%; la recolección de basura 10,8%; gastos escolares para el nivel primario 7,5%; artículos de cuidado personal 4,5%; higiene del hogar 3,3%, entre los que más se incrementaron de enero a junio de este año.
¿Por qué suben?
El informe responde que, por ejemplo, en el caso de la suba de los productos lácteos se debe a que este último mes el clima frío afectó el nivel del rendimiento de las pasturas, con lo que disminuye la producción y al existir una menor oferta se incrementan los precios.
En el caso de la carne vacuna, la menor oferta está explicada porque la mayor parte de la producción se destina a las exportaciones, mucho más ahora, cuando Rusia y Chile, los principales mercados del país, están pagando mejor por la carne paraguaya.
Lo mismo pasó con el precio de la harina de producción nacional, como Brasil comenzó a comprar más el producto, hubo una menor oferta a nivel local, lo que derivó en un leve incremento en el precio del pan en los supermercados y despensas.
Los combustibles, por el contrario, muestran disminuciones en los precios de las naftas súper y del tipo común.
En los servicios aumentó el costo de alquiler de viviendas, mantenimiento de automóviles, vestimentas, servicio de peluquería, pasaje aéreo y paquetes turísticos.
Los gastos en salud sufrieron la suba de precios en atención odontológica y en los medicamentos. Mientras que los servicios de telefonía móvil, equipos y servicios de internet también tuvieron variaciones al alza.
Con esto, la inflación acumulada desde el último incremento del salario mínimo ocurrido en marzo del 2014 al mes de junio de este año es de 8,5%; lo que significa que se está a solo 1,5% de inflación para que por ley se deba revisar un reajuste salarial.