Durante 40 días Nancy Pereira estuvo conectada a un corazón artificial. Falleció ayer, luego de presentar un diagnóstico negativo en las últimas 48 horas.
La pequeña sufría de una deficiencia cardíaca severa y desde el pasado 25 de agosto estaba conectada a un corazón artificial.
Nancy Garay, médica del área de cardiología del Hospital Acosta Ñu, confirmó el fallecimiento de la menor y dijo que los médicos están muy afectados por lo sucedido, entendiendo la forma en la que se constató la muerte.
“Murió esperando un milagro, es una batalla más que perdimos. Una familia se comprometió a donar un corazón, la nena entró a cirugía, la paciente donante también. El padre de esta última firmó la autorización de donación del órgano, ambos estaban en quirófano cuando una hermana se descompensó y negaron finalmente el corazón a la niña”, explicó.
Refirió que el corazón artificial permite que un paciente gane un tiempo extra de vida, pero no elimina la posibilidad de consecuencias que agravan el cuadro.
Aseguró que muchas personas, luego de comprometerse, niegan la donación, lo cual afecta a los médicos y a la familia que busca recibir “el acto de amor”. “Aceptamos el dolor de la familia que está perdiendo un pariente, pero se debe realizar el acto generoso de perder una vida pero generar otra”, sostuvo.
Confirmó que la hermana de la paciente que iba a donar el corazón le negó la vida a la niña quien ya falleció ayer.
“Esa paciente ya está enterrada, es decir, no pudieron ayudarle a Nancy que viva y tampoco que su pariente viva. Este tipo de hechos se registra con normalidad”, lamentó entre lágrimas.
La profesional reconoció que este tipo de hechos afecta al equipo médico en sobremanera. Adelantó que van a estudiar la posibilidad de seguir o no con “este tipo de medicina de alta complejidad”, ya que otorga esperanza pero luego la arrebata.
“Todos los médicos y paramédicos están de luto en el hospital”, finalizó.