19 abr. 2024

Obdulia y el ejército que hiere a todo un pueblo

Gustavo A. Olmedo B.

El profundo y silencioso dolor de doña Obdulia no tiene fin. Hace tres años su hijo, el suboficial Edelio Morínigo, se encuentra secuestrado por miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP); una organización de extrema izquierda que afirma luchar contra las injusticias de la oligarquía, los patrones, los estancieros, etc., y para ello mata, secuestra, amenaza, incendia y lastima a quien se cruce por el camino. Un ejemplo más de las consecuencias nefastas de la instalación acrítica de ideologías extremas, sea del signo que sea, así como de la incapacidad del Estado de ofrecer condiciones básicas como seguridad y desarrollo.

Y el sufrimiento de esta madre es el reflejo del padecimiento de tantas familias paraguayas, como las del colono menonita Abrahán Fehr y del ganadero Félix Urbieta, también privados de su libertad, y de aquellas de las más de 60 personas asesinadas por este grupo criminal, entre policías, militares y campesinos.

El EPP, que se sigue burlando de la costosa Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) instalada en la zona, provoca heridas cada vez más graves al país y a su gente. Y el argumento referente a que los políticos también roban y “matan” con sus acciones no justifica en absoluto el atropello, la violencia y el terror que estos jóvenes y adultos armados y con el cerebro lavado siembran y promueven en el Norte, destruyendo hogares humildes a los que, contradictoriamente, dicen defender.

El terrorismo siempre será un aliado de la injusticia, y de aquella más dura. Ningún guerrillero puede arrogarse el derecho de truncar o eliminar la vida de un ser humano, de violar sus derechos básicos, hacer sufrir a su entorno y derramar sangre inocente en medio de gente que busca vivir en paz. El respeto y desarrollo de la vida humana exigen necesariamente la paz.

Y en este punto la presencia del Estado cobra un papel fundamental. Las carencias básicas en educación y salud, sumadas al desempleo y la falta de perspectivas, siguen siendo tierra fértil para este tipo de bandas delictivas.

Y esta penosa situación deja en claro también cuánto se necesita de una educación y una amistad verdaderas para que los deseos e ideales de justicia, incrustados en el corazón del hombre y que emergen con fuerza en la juventud, sean encaminados hacia la construcción de puentes y no de muros; hacia el respeto a la dignidad del semejante, sea rico o pobre, policía o ganadero; buscando reconocer al otro como un bien y no un enemigo al que dañar o destruir a como dé lugar. Es la esperanza de un Paraguay mejor.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.