En recordación al camino transitado por Jesús y aplicando parte de sus enseñanzas, cada Jueves Santo la Iglesia, en una muestra de humildad, realiza el lavado de pies de los feligreses en la Catedral Metropolitana de Asunción.
Esta mañana, celebraron la misa crismal, donde el monseñor Valenzuela dio una fuerte homilía, siendo tajante con la mezcla de política e ideología con el cristianismo. Criticó la idea de que un cristiano pueda ser, a la vez, masón.
Además de este mensaje, los obispos procedieron bendecir los aceites para los sacramentos, mientras que los sacerdotes consagrados renovaron sus compromisos de castidad y obediencia, un ritual realizado todos los años.
Por medio del lavado de pies se renuevan los votos y se confirma la unión del obispo con la Iglesia y con la obediencia a Dios.
Según detalla versículos de la Biblia, Jesús había instituido el sacerdocio en la última cena. Les dio el poder a los apóstoles e inauguró el sacramento de la eucaristía. Todo esto en un Jueves Santo como hoy.