Los ciudadanos –en su mayoría personas de escasos recursos, dedicadas a la agricultura de autoconsumo– exigieron a las autoridades mejorar las condiciones de la única Subcomisaría del lugar, que cuenta con una sola patrullera y que, para colmo, está descompuesta, informó el corresponsal de Última Hora, Édgar Medina.
“Sufrimos mucho, me robaron mis gallinas, mis patos y mis conejos. Mis hijos recibieron amenazas de muerte, ya lloré mucho por eso. Tengo demasiado miedo. Esperamos una respuesta de las autoridades”, expresó angustiada doña Antonia Cabrera, vecina del asentamiento Comuneros.
Según los pobladores, un grupo de personas se dedica al hurto y a la extorsión aprovechando la nula presencia de agentes policiales, lo que convierte a la zona en una auténtica “tierra de nadie”.