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El guitarrista y compositor inglés Richard Durrant está de visita por el país, brindando una serie de conciertos y clases magistrales, y asegura que Paraguay es “su segundo hogar”, ya que es una tierra que “ama visitar”.
Días atrás, compartió escenario con el arpista paraguayo Ismael Ledesma, hoy residente en Francia, con quien mantiene una estrecha amistad. Juntos lanzaron una nueva producción discográfica, la primera de su carrera con el instrumentista local.
Su pasión por Mangoré nace a temprana edad y lo acompaña a lo largo de su carrera como una obsesión que lo trajo varias veces al país, además de dedicar melodías a la tierra guaraní.
obsesión. Desde que tuvo conocimiento de la música del Paraguay, a los ocho años, quedó marcado en lo profundo de su corazón por las composiciones de Agustín Barrios que escuchó en un disco, a tal punto que ya como profesional dedicó una trilogía discográfica a Mangoré y a varios músicos nacionales.
“Cuando era pequeño, mis padres me regalaron por Navidad un disco de Alirio Díaz, un guitarrista venezolano que ejecutaba piezas de Barrios. Así fue que escuché, a los ocho años, tres piezas de Mangoré (Aire de zamba, Danza paraguaya y Cueca). Luego, de adulto, cuando me volví concertista profesional, continué tocando las obras de Barrios”, revela el músico sobre cómo nació su pasión por el país.
Recuerda que sus padres también escuchaban todo tipo de estilos, entre ellos, canciones de Los Paraguayos y de guitarra clásica. “Gracias a Los Paraguayos, Alirio Díaz y su equipo de fútbol, la gente sabe de la existencia de este país sudamericano”, menciona el artista que se inició en la guitarra a los cuatro años.
“Aprecio muchas obras de Mangoré, pero mis gustos van cambiando con el tiempo. Ahora puedo decir que me gusta mucho Mazurka appassionata así como Un sueño en la floresta, un tema fantástico, además de Aire de zamba, Danza paraguaya y Cueca”, enfatiza, comentando que algún día viviría por unos meses en Paraguay, en compañía de su señora y sus cuatro hijos.
cultor de barrios. Con respecto a la historia de Mangoré, asegura que es seguidor de los trabajos investigativos de Rico Stover y Carlos Salcedo. “Leí mucho sobre Barrios y en Inglaterra ofrezco varios conciertos al año dedicados a él. Tengo un libro donde hablo sobre Mangoré y mi historia con su música”, señala.
En su libro y discografía, además de rescatar las obras de Mangoré, también difunde las piezas de músicos contemporáneos como Juan Duarte, Kike Pedersen, Ismael Ledesma y Felipe Sosa.
“Me gusta difundir la música paraguaya en toda Europa, porque cuando la toco, también me gusta contar historias”, dice el instrumentista, que en los últimos años dedicó una trilogía a la música del Paraguay.
Su primer disco The number 26 bus to Paraguay (2011) incluye once piezas de Mangoré; su segundo álbum Hijo de hombre (2012) incorpora también piezas de Agustín Barrios, así como de músicos como Felipe Sosa, Kike Pedersen, Quirino Báez Allende y temas propios; y el tercero, The girl at the airport, propone composiciones propias, de Mangoré y de Juan Duarte, Kike Pedersen y Demetrio Ortiz.
“Hay muchas cosas aún que aprender sobre Barrios”, dice el músico, que ve la historia del país bajo la influencia europea, aunque “tiene algo especial, quizás por la historia guaraní, insertada en la genética de su gente. Como músico, uno nunca termina de aprender. Aún sigo aprendiendo la música paraguaya. Amo el ritmo del hablar y del guaraní, la polca y las guaranias”, manifiesta Durrant, quien dedicó una guarania a Shoreham, ciudad donde vive en Inglaterra. El artista volverá al país el próximo 2 de noviembre, para un concierto en conjunto con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), en donde tocará Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, y The girl at the airport, de su autoría.