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Hace poco más de seis años, con la maleta cargada de ilusiones y muchas ganas, el músico paraguayo Ernesto Estigarribia (25) partió a Kansas para cumplir su primer sueño, el de convertirse en violista.
“Fui a Pittsburg, Kansas, por un convenio del Comité Paraguay Kansas”, recuerda el joven, que, con el primer objetivo cumplido, decidió subir un peldaño más. “De ahí fui a la Universidad de Minnesota, donde hice la maestría en viola”, comenta.
Con dos títulos como violista, Estigarribia se aventuró en otro sueño, el de conquistar el título de doctor en dirección orquestal, y aclara: “Sigo tocando la viola, pero quiero ser director de orquesta y enseñar en mi país”.
Ernesto es consciente de que en Paraguay las orquestas son pocas, y que el mercado es difícil, y si bien no quiere hablar de proyectos específicamente, tiene “muchas fantasías, muchos sueños”, según sus propias palabras, y entre ellos figura el de crear una orquesta comunitaria, un rubro en el que tiene experiencia, ya que en Estados Unidos dirige una. “Soy el director titular de la Orquesta de Buffalo, integrada por personas de todas las edades, que tocan por hobbie (...). Aquí no hay orquestas amateurs”, cuenta.
Con este grupo de personas de entre 16 y 80 años, ensaya todos los domingos. “Tenemos cinco conciertos al año y este es un proyecto reciente para mí. La orquesta tiene 20 años y tuvieron vacancia para director, me presenté y fui electo (...) Para mí es una oportunidad grandiosa”, asegura.
CON LOS JÓVENES. También le interesa apostar a los jóvenes. “Yo veo falencias en orquestas juveniles aquí, a nivel país. Hay muchas orquestas pequeñas en diversos pueblos, pero no hay una orquesta grande con los mejores de cada pueblo, algo así me gustaría hacer”, destaca.
Y es que Ernesto Estigarribia también tiene experiencia dirigiendo a jóvenes, ya que es director adjunto de una orquesta de estudiantes. “En mi universidad hay 60.000 estudiantes, hay una orquesta de estudiantes de música y también tres orquestas de estudiantes de otras carreras de la universidad, y yo soy uno de los tres asistentes que administramos y dirigimos ese programa, que ha crecido bastante”, menciona el joven, que también dirige la ópera de la universidad, donde dirige seis horas por semana.
“Yo quiero dirigir lo más que pueda y ahora lo estoy haciendo bastante, un promedio de doce horas por semana, y me gustaría hacerlo más”, cuenta y menciona que por el momento está limitando los toques como violista y la composición –donde también tiene experiencia– para dedicarse de lleno a la dirección.
“Tampoco cierro la oportunidad de ir a otro país, donde surja una oportunidad”, destaca, pero a dos años de lograr su objetivo, su corazón paraguayo lo hace pensar en su tierra como primer destino.
En cuanto a la diferencia entre estudiar en Paraguay y EEUU, el joven menciona que “la preparación aquí no me pareció mala, gracias a los maestros de aquí tenía una buena base”, y agrega que en cuanto a infraestructura y oportunidades, EEUU es mejor.