“Tengo la ambición de convertime en canciller y hacer del SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) la primera fuerza política del país”, declaró en Berlín en su primer gran discurso el que fuera durante 5 años, hasta este enero, presidente del Parlamento Europeo. Según las encuestas de opinión pública, la canciller conservadora sigue siendo ampliamente favorita para obtener un cuarto mandato en las elecciones legislativas del 24 de setiembre, precedidas en primavera de tres comicios regionales importantes.
Pero el SPD, lastrado desde hace meses por sus bajos niveles de popularidad, se ha visto impulsado con la designación de Schulz como candidato a canciller, confirmada ayer.
Schulz sustituye como líder al que parecía hasta ahora como el candidato natural de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, quien decidió abandonar la carrera a la cancillería esta semana a raíz de los malos resultados que pronosticaban los sondeos.
Más a la izquierda que Gabriel, el ex presidente del Parlamento Europeo dijo ayer domingo querer luchar “por una Alemania más justa, denunciando las bonificaciones de los dirigentes y los paraísos fiscales que permiten que los grandes grupos empresariales evadan impuestos”.
Recurriendo a su propia biografía (nacido en una familia modesta y sin estudios), Martin Schulz prometió defender a las clases trabajadoras y sus “problemas cotidianos”, en un intento de volver a conquistar un electorado que, como en toda Europa, ha dejado de lado la socialdemocracia.
Con poca experiencia en política alemana a nivel nacional, puesto que fue parlamentario europeo a partir de 1994, el nuevo candidato del SPD ha hecho hincapié en su experiencia como alcalde de una ciudad media alemana a principios de su carrera para mostrar su cercanía con la población. afp