Saira Baruja @sairabaruja en Twitter.
El artista y su banda subieron al escenario a las 22.10, ante un público que esperaba ansioso al protagonista de la noche, después de una excelente previa a cargo de Myriam Velázquez y Alvarenga Family.
Por fin apareció Marc Anthony a las 22.20, entre luces e instrumentos y lo hizo con mucha energía. Así fue como empezaron los primeros acordes de Valió la pena, como un presagio de la sensación que tendríamos al final de la noche.
Una banda de primer nivel se destacó desde el inicio, haciendo bailar y sentir a los fanáticos. Así fue como sonó Y hubo alguien para dar el primer toque romántico a la noche.
Hasta ayer, fue la canción que interpretó después de agradecer al cielo, entre aleluyas que casi pasaron desapercibidos, para dar paso luego a Flor Pálida, una de las canciones del nuevo disco 3.0.
Carisma y calidez son los adjetivos perfectos para el neoyorkino que, sin duda, se lo debe a sus raíces boricuas. Entre besos lanzados, saludos y mucha interacción se guardó al público en el bolsillo apenas iniciado el show.
“Mi primera vez en Paraguay”, celebró, a lo que el público contestó que debería quedarse a vivir aquí. Con cara de que podría considerarlo, aseguró: “Es un argumento fuertísimo”, ante el apoyo del público a aquella moción.
Entonces llegó el momento de los clásicos y vinieron temas como Yo trato, una excelente versión de Abrázame muy fuerte, de Juan Gabriel. ¿Ahora quién?, y también ¿Y cómo es él?, de José Luis Perales.
Vivir lo nuestro fue anunciado con emoción por el artista. La canción la grabó hace 22 años con La India, después vinieron Nadie como ella y Te conozco bien.
Una bandera paraguaya, regalo del público, lo acompañó a mitad del concierto. Y si hubo algo que le quedó claro de nuestro país es el calor otoñal que nos caracteriza. “Este frío me está matando”, bromeó.
Pero sin duda uno de los mejores momentos de la noche fue gracias a Rosita, la joven con síndrome de Down que subió al escenario para acompañar la interpretación de Mi gente. Entre bendiciones, abrazos, besos, baile y una sonrisa encantadora, la afortunada fan se robó el show y el corazón de Marc Antony, quien además derramó algunas lágrimas.
Pero llegó el momento de terminar el show, después de hora y media de una entrega total, del público y el artista. Fue así que llegó la canción más esperada: Vivir mi vida, en un ambiente festivo, alegre. Y sin duda, lo mejor que llevó de Paraguay fue la sonrisa y la satisfacción de “su gente”.