La controvertida medida, a la que se oponen frontalmente los demócratas y las organizaciones que defienden los derechos de la mujer, prohíbe el aborto a partir de la semana 20 de embarazo.
La única excepción que contempla esta norma es un caso de violación, pero con la condición de que exista una denuncia previa ante las autoridades.
Un grupo de legisladoras republicanas frenó el avance de esta ley en la Cámara de Representantes, controlada por su partido, con el argumento de que podría perjudicar las perspectivas electorales de los conservadores entre las mujeres y los jóvenes.
Para estos dos colectivos, los asuntos sociales son una de las prioridades a la hora de decantarse por un partido en las urnas, tradicionalmente votan demócrata y participan más en las presidenciales que en las legislativas.
La votación de la restrictiva ley se había previsto para el jueves para hacerla coincidir con una gran marcha antiabortista que se celebra cada año en la capital en el aniversario de la legalización del aborto de 1973.
En su lugar, la Cámara de Representantes votará una ley de menor calado que prohíbe financiar abortos con fondos federales.
