Del total de 305 escaños en juego -a los que habrá que sumar más tarde los 90 escaños reservados a mujeres y jóvenes-, el PJD obtuvo 99 escaños, seguidos por su rival, el laico y liberal Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que tuvo 80.
El resto de partidos consiguen cifras mucho más modestas, y para algunos partidos históricos ha sido una verdadera debacle, como los 31 escaños obtenidos por el Istiqlal (tenía 60 en el parlamento saliente) o los 14 de la Unión Socialista (tenía 39).
Los resultados fueron comunicados al filo de las 2 de la madrugada hora local, por el ministro del Interior, Mohamed Hasad, quien confirmó que la participación se situó en un 43% del censo electoral, una de las cifras más bajas de la historia de Marruecos.
Hasad criticó además al PJD por todas las denuncias presentadas durante la jornada por presuntas irregularidades dirigidas contra el propio ministerio “durante todo el proceso electoral”, así como por el hecho de haber comunicado sus propios resultados basándose en los datos de sus interventores sobre el terreno y sin esperar la comunicación oficial.
“Tal vez este partido sigue dudando de la voluntad estrecha de todos los componentes del Estado, empezando por el rey, para hacer del ejercicio democrático una realidad arraigada y una opción estratégica irrevocable”, dijo Hasad.
Las cifras ofrecidas por el ministro coinciden en parte con las proyecciones hechas por el PJD basándose en los datos de sus observadores, pero el partido islamista había subestimado los votos de sus principales rivales del PAM.
Mañana sábado se conocerá la composición final de la Cámara de Representantes al sumar los escaños de las llamadas “listas nacionales” de mujeres y jóvenes, y es previsible que el PJD aumente su ventaja hasta los 120 ó 130 escaños, lo que representará un avance considerable con respecto a los 107 que tenía.
Con todo, el PJD necesitará aliarse con dos o más partidos para sumar los casi 200 votos necesarios para formar una mayoría absoluta que le permita formar gobierno.
