22 jun. 2025

Los cien días de Sandra Quiñónez

Alfredo Boccia Paz – @galiboc@tigo.com.py

Sandra Quiñónez está por cumplir los primeros cien días al frente de la Fiscalía General. Es un lapso simbólico durante el cual quien pasa a encabezar una institución relevante da muestras del ritmo y del estilo que tendrá su administración.

En su caso, la expectativa creada fue mayor, debido a que su inclusión en la terna elevada por el Consejo de la Magistratura no fue muy clara. Ella ocupaba el número sesenta entre todos los postulantes. Y su elección por parte del Ejecutivo fue polémica porque algunos afirmaban que la nominaron allí para dar un blindaje de impunidad a Horacio Cartes.

Estas voces fueron tantas que la flamante fiscala general, en sus primeras declaraciones, destacó dos aspectos de su nombramiento. Resaltó que su compromiso era muy grande por ser la primera mujer que alcanzaba dicho cargo y porque sabía que “algunos me llaman la secretaria de Cartes, pero no es así".

Convengamos entonces que llegó a dicha titularidad de modo legal, pero con dudas sobre su independencia. Y también que ella misma era consciente de ese alto nivel de desconfianza pública.

Son razones contundentes para demostrar con acciones concretas e inmediatas que las críticas eran injustas y ella era coherente con lo que decía. Recordemos, por ejemplo, que se propuso como principal objetivo eliminar los casos de corrupción dentro del Ministerio Público. Si esta frase fuera sincera, golpearía el corazón mismo de la administración enormemente cuestionada de su predecesor, acusado de enriquecimiento ilícito.

Sin embargo, cien días después, no hemos visto nada. Dicen que Javier Díaz Verón ubicó, antes de irse, a gente de su confianza en cargos claves y que la intención de la Fiscalía es ahora dejar en manos del Tribunal de Cuentas y no de la Contraloría la auditoría de gestión. Dicen muchas cosas, pero se siente una temperatura más propia del freezer que la de una intrépida investigación.

Prometió transparentar la lucha contra la corrupción. Pero en estos cien días no hemos visto demasiado entusiasmo del Ministerio Público en acelerar los grandes fatos que están bajo su óptica, como los de la corrupción en la Conmebol, el de Óscar González Daher, el de los otros involucrados en el caso de los audios, los de los magos de Aduanas y un largo etcétera. El nombre Darío Messer no parece emocionar a la Fiscalía General. Con la salida de este Gobierno, las acusaciones de coimas y negociados postreros aparecen todos los días. Allí tiene Sandra Quiñónez un coto de caza de corruptos. Pero no parece estar con muchas ganas de ponerse la escopeta al hombro.

Reconozco que es injusto juzgarla por los primeros cien días. Pero la doctora Quiñónez deberá aceptar que son una vidriera de lo que viene. Al asumir, prometió no defraudar. Dijo: “Si lo hago, recuérdenmelo”. Es lo que, como ciudadano, estoy haciendo.