Los siniestros, favorecidos por fuertes vientos, altas temperaturas y una pertinaz sequía, han devorado más de 273.000 hectáreas en siete regiones del país en poco más de una semana, provocando una tragedia medioambiental sin precedentes.
El bombero Juan Eduardo Bizama falleció en la localidad de Niquén, en la región del Bío Bío (550 km al sur de Santiago), cuando un árbol cayó sobre el vehículo que conducía. Su acompañante resultó con graves heridas, según informó Gobernación de esta región.
Con Bizama ya se han registrado dos bomberos muertos, dos policías, tres brigadistas y tres habitantes de zonas afectadas, según datos del Gobierno chileno.
Hasta ahora prácticamente confinado a los bosques y campos, los incendios tomaron un nuevo cariz en la madrugada del jueves al arrasar la localidad rural de Santa Olga, en la región del Maule (280 km al sur de Santiago), donde cerca de un millar de viviendas quedaron totalmente calcinadas y más de 4.000 personas de esta comuna fueron evacuadas. afp