Llegué a la feria del libro con el pesimismo propio de quien piensa que ya no se lee, porque los nuevos medios de comunicación han relegado a la lectura a un lugar secundario; cuando se pasa tanto tiempo mandando y recibiendo mensajes, chateando o con el skype, poco tiempo queda para abrir un libro. Así me decía yo al llegar, y me sorprendió ver tanta gente en el local de la feria, y enterarme de que las editoriales tenían un considerable éxito en las ventas.
Esto último me pareció comprensible viendo el interés con que el público se acercaba a los estantes, preguntaba por ciertos autores y opinaba sobre sus preferencias literarias. Esa animación, ese interés, me aliviaron el viernero, más pesado a veces que el lunero.
Es que no todo anda mal en esta nuestra era digital. Una de sus ventajas es la facilidad con que se puede imprimir un libro, por comparación con lo que sucedía no muchas décadas atrás.
Para la impresión se usaban entonces las cajas, que no eran cajas, sino unas planchas de madera, con ranuras en los costados para introducir los plomos: las letras en moldes de plomo, una después de la otra para formar cada línea. Está de más decir que las impresoras modernas simplifican el trabajo y permiten publicar libros más baratos, democratizando la lectura. Los libros buenos a precios asequibles, por lo visto, han llevado a la gente a la feria del libro.
No se trata solamente del papel impreso, porque el encuentro ofrece también un espacio para el diálogo entre los autores y el público.
Entre las disertantes distinguidas se encuentra Ana Ribeiro, bien conocida por su libro El caudillo y el dictador, que trata del exilio de Artigas y de su peculiar relación con el doctor Francia. La historiadora uruguaya ha venido para presentar Los muy fieles, una investigación sobre la suerte de los españoles que permanecieron leales a la metrópolis al tiempo de la Independencia.
María Gabriella Dionisi, profesora de la Universidad de Viterbo (Italia), ha sido una activa difusora de la literatura paraguaya en su país. Por nacida en el Paraguay, la catedrática es bilingüe, y ha efectuado excelentes traducciones; a través de ellas, el lector italiano conoció a Josefina Plá, Helio Vera, Raquel Saguier y otras celebridades literarias nuestras. Ahora la autora nos ofrece Racconti dall’isola senza mare, una antología de relatos de Renée Ferrer.
Siendo el sesquicentenario de la Guerra de la Triple Alianza, en el tema central del presente foro no podía estar ausente Felipe Pigna, el historiador revisionista argentino que llevó el debate histórico a los medios de comunicación de su país. El viernes pasado, Pigna cautivó al auditorio con su relación de la polémica suscitada en la Argentina por el estallido de la Guerra Grande.
Si cada cual habla de la feria según cómo le ha ido, debo decir que me impresionó gratamente la presencia de mucha gente joven (alguna muy joven, como los chicos de las escuelas con un particular interés), y también el empeño de ciertos gremios de escritores por realzar el nivel del encuentro.
Sin duda alguna hay más, pero cada cual tiene derecho a sus preferencias.
