La cantante estadounidense que había llamado la atención con sus pegadizas canciones country hace cinco años, es en la actualidad una de las figuras más dominantes e influyentes del espectáculo mundial. Es tan poderosa que la misma empresa de la manzanita tuvo que dar marcha atrás a su política de servicios de streaming –que estipulaba tres meses de prueba gratuita para los usuarios– tras una dura queja pública de la rubia cantante.
Entre junio de 2014 y junio de 2015, Swift ingresó la nada despreciable suma de USD 80 millones, en concepto de giras y venta de su disco 1989. Además, su figura atrae en las redes sociales y es un paradigma para millones de jóvenes, factores que influyeron en los contratos que firmó con Keds, Sony y Coca Diet.