Por Pedro García Garozzo
Entre ellas, la más firme figura es Julieta Granada, por su actual posición top en el ranking mundial rentado femenino, fruto de sus buenas actuaciones en el LPGA Tour, en el que si bien este año aún no consiguió un título, fue dos veces top 10 y en cinco oportunidades top 15.
El último fin de semana redondeó su segunda mejor gestión del año en el exigente circuito mundial, cerrando en la novena posición, dos puestos por debajo de su rendimiento más alto que se dio en febrero pasado en el Australian Open, en el que clasificó en séptima posición.
La gran referente femenina del golf paraguayo es, sin lugar a duda alguna, la más importante estrella de todos los tiempos en esta disciplina, desde que en 2005 se convirtió en profesional. Ya al año siguiente ganó el primer histórico torneo del millón de dólares (el ADT Championship). Y un año más tarde, junto a Celeste Troche, le dio a Paraguay la copa mundial por equipos en 2007 en Sun City, Sudáfrica.
La vocación olímpica de Julieta quedó ampliamente demostrada desde el momento en que este deporte fue aceptado en el marco de los Juegos Olímpicos. Incluso, no dudó en dejar otros compromisos y defender a Paraguay el año pasado en Odesur 2014, en Santiago de Chile, donde obtuvo la medalla de oro (también subió al podio Marcos Ruiz), y en los recientes Panamericanos de este año en Toronto (Canadá), donde alcanzó la presea de bronce.
El golf, por los recientes gratos antecedentes, pasa a ser la gran esperanza paraguaya de repetir lo que solo se pudo lograr en una ocasión con el fútbol, en Atenas 2004, cuando llegamos al inédito podio en segundo lugar.
A la presencia de Julieta, que cada vez se afianza más al sostener un ranking mundial elevado, se suma igualmente el compromiso de Fabrizio Zanotti, hoy por hoy, el más importante referente del golf nacional a nivel internacional.