El comisario Juan Fernández relató detalladamente todo lo vivido durante el operativo policial en el marco del asalto a la empresa de seguridad Prosegur en Ciudad del Este, Alto Paraná. Contó los pormenores de una madrugada de enfrentamientos con poderosos delincuentes.
Comentó que ese fin de semana estaba libre y se trasladó hasta Asunción para estar con su familia, luego de casi un mes. El domingo, a las 20.00, partió nuevamente hasta la zona Este del país. A la medianoche ya recibía la información del ataque a la empresa transportadora de caudales.
“De inmediato, radio en mano, ordeno el cierre total de la zona y que se llegue hasta Prosegur. Pero un patrullero me dice que no pueden acercarse porque tenían enfrentamiento y ya me alertan sobre el incendio de vehículos”, indicó.
Mencionó que en el interior de los vehículos siniestrados había explosivos y proyectiles punto 50 que explosionaban a medida que las llamas consumían el rodado. El ex jefe policial de Alto Paraná intentó salir con su chofer y dirigirse hacia la zona de conflicto.
Se trasladaron por la ruta internacional de Ciudad del Este, pero en el kilómetro 3,5 fueron recibidos por disparos de francotiradores. Tuvieron que encostarse y tomar un camino alternativo para lograr llegar hasta el kilómetro 4.
“Desde ahí empecé a dirigir el operativo. El jefe de Orden y Seguridad estaba con un grupo en otro lugar al igual que el jefe del GEO. Estábamos ocultos en un lugar oscuro y los francotiradores seguían disparando, pero no sabíamos de dónde venían los disparos”, expresó durante una entrevista con la emisora 780 AM.
Indicó que su teléfono celular sonaba constantemente, pero no podía atender las llamadas porque al estar en un lugar oscuro, con la luz emitida por el dispositivo móvil, revelarían su posición.
El comisario recordó que todos los vehículos que circulaban por la zona recibían los disparos y por eso ordenó bloquear los accesos de esa arteria.
Los delincuentes que accedieron a la sede de Prosegur utilizaron seis vehículos blindados y al momento de su huida también ingresaron en la misma calle alternativa para evitar el kilómetro 4, donde había un cerco policial con unos 50 uniformados.
“Prácticamente nos quedamos frente a ellos, yo estaba con mi chofer y otros tres oficiales con armas cortas. Los vehículos atropellaron, pero uno de ellos quedó atascado, con unos ocho hombres”, señaló.
Uno de los datos nuevos mencionados por el jefe policial es que esos delincuentes utilizaron a dos guardias de la empresa atacada como escudos humanos, ya que se les colocaron frente al vehículo.
“Estábamos a una distancia de 15 metros, solo la calle nos dividía, ellos divisaron que estábamos ocultos y ahí comenzamos a enfrentarnos. Empecé a disparar y vacié un cargador de 30 cartuchos. Cuando terminó mi bala, salí del lugar y me fui detrás de una columna”, agregó.
En ese momento, los delincuentes logran salir y retoman su huida, dejando a los guardias en el lugar. El comisario Juan Fernández dijo que iniciaron la persecución con otra patrullera, pero se quedaron a consecuencia de los clavos miguelitos. Dio la orden de que los demás móviles policiales ingresen de contramano para continuar con la persecución.
Ordenó que todos los uniformados se dirigieran hacia la ciudad de Hernandarias, la zona de Santa Fe, Cruce Itakyry. Pidió que bloquearan las rutas con camiones o tractores, pero sabía que a esa hora de la madrugada sería imposible.
Dividieron los grupos. Uno se fue a la zona donde se dejaron abandonados los vehículos blindados y otro hacia Puerto Indio. “Nosotros fuimos los que alertamos a la policía brasileña sobre la ubicación, no es que no se hizo nada”, destacó.
FALLA Y MEA CULPA. Para el actual jefe del Departamento de Paraguarí, porque fue trasladado tras el megaasalto, existe una falla en el sentido de la infraestructura. Sostuvo que poco y nada pueden hacer frente a los armamentos utilizados por los delincuentes.
Sin embargo, dijo estar satisfecho con su procedimiento porque si ordenaba atropellar se iban a tener varias bajas policiales y se le culparía de mal procedimiento. “Hubiera estado procesado, imputado y en la cárcel”, dijo.
Tampoco quiere descartar una complicidad policial y espera que eso se pueda dilucidar en la investigación del Ministerio Público y de sus pares brasileños.
Como otros de sus colegas habló que se vieron totalmente sobrepasados y que no tienen capacidad para enfrentar a un grupo criminal de esa envergadura.
Finalmente, y como mea culpa, el comisario Juan Fernández admitió que tuvo falencias en no manejar bien el sistema de inteligencia. “Teníamos que saber lo que iba a ocurrir, en ese sentido seguro habré fracasado”, concluyó.