EFE
Como único miembro asiático de la plataforma, Japón seguirá participando con la condición de que se permita a otros países de la región utilizar la unidad de laboratorio japonés Kibo que hay a bordo de la EEI, informó la agencia Kyodo.
El Gobierno nipón parece creer que la apertura de este módulo a otros países ayudaría a que la influencia de Tokio y Washington se incrementara en Asia en un momento en el que está aumentando la imagen de China como nueva potencia en la exploración espacial.
Estados Unidos propuso en enero del año pasado ampliar el funcionamiento de la estación cuatro años más del plazo previsto con anterioridad, 2020, con el objetivo de apoyar la eventual realización de exploraciones tripuladas a Marte.
De los quince países que participan en la EEI, tan solo Rusia y Canadá han anunciado oficialmente su intención de continuar participando en el proyecto hasta la nueva fecha.
La EEI, un proyecto de más de 100.000 millones de dólares en el cual participan quince países, se desplaza a unos 27.000 kilómetros por hora a casi 385 kilómetros de la Tierra.
La construcción de la plataforma arrancó el 20 de noviembre de 1998 con el lanzamiento del módulo ruso Zaryá (Aurora), al que siguió el estadounidense Unity.
La plataforma está integrada por once módulos, además de placas solares y otros equipos robóticos, y ha tenido residentes de manera permanente desde el año 2000.
El astronauta japonés Kimiya Yui, que llegó a la plataforma espacial en julio de este año, es uno de sus inquilinos actuales.
Japón ha invertido hasta la fecha unos 900.000 millones de yenes (6.735 millones de euros/7.311 millones de dólares) en la EEI, al margen de los 35.000/40.000 millones de yenes (262/284 millones de euros ó 299/325 millones de dólares) que aporta anualmente.