29 sept. 2025

Imposible

Por Mario Ferreiro – ferreiro.mario@gmail.com

Mario Ferreiro

Con un presupuesto aprobado por Convención de más de 15 millones de dólares, y un elenco de coordinación de campaña, que ya fue apodado “equipo de terror”, la gran maquinaria electoral del Partido Colorado ya comenzó a mover sus engranajes para el gran desafío de este año: las elecciones municipales en más de 250 distritos de todo el país. Una batalla en la que, como siempre, están dispuestos a utilizar toda la artillería política y jurídica disponible. Inclusive aquella que roza con lo ilegal o se balancea más allá de cualquier límite ético.

Esta vez la ANR decidió, también por asamblea, que los afiliados que ostenten cargos electorales y/o de confianza hagan efectivo su aporte partidario obligatorio, con la advertencia clara de que aquellos que así no lo hicieran serán eliminados de próximas candidaturas, tanto internas como generales. Un argumento más que convincente que aumentará la recaudación partidaria.

A todo ello habrá que sumar los aportes voluntarios y el guiño siempre solícito de varios sectores de la sociedad que –más allá de algunas críticas cosméticas– siempre termina aportando y apostando por la vieja asociación de hombres libres, fundada por el Gral. Bernardino Caballero.

Una especie de ritual de la vieja política paraguaya que se ha mantenido incólume a lo largo de todos estos años. Una suerte de entente de las cúpulas del país que prefieren el viejo mal conocido que cualquier posibilidad de renovación.

Por eso es extraño que hoy esos sectores, que vieron con buenos ojos la abrupta destitución de un gobierno legítimamente electo en el 2008, y que le siguen concediendo al presidente y sus principales colaboradores una larga licencia esperando con gran paciencia que se cumplan algunas promesas de campaña, hoy se escandalicen de la “selección” de candidatos y equipos que está presentando la vieja y astuta ANR para sus próximos compromisos electorales.

Si no entendemos que estos hombres y mujeres que hoy se erigen en referentes de la ANR son funcionales a un esquema de poder en el que entra de todo: desde el uso a discreción de los bienes del Estado hasta las relaciones peligrosas con sectores que actúan al margen de la ley, no estamos comprendiendo el caracú del asunto.

Lo otro es pretender que por acto de magia cambien las cosas y que de pronto en el borde del cuarto mundo (¡Paraguay sigue siendo el país con menor inversión social de todo el continente!), tengamos de pronto candidatos y operadores intachables. Eso es tan imposible como que este columnista vuelva a tener pelos en la cabeza.