Desde la mañana de este viernes, familias enteras llegaron hasta Misiones para el gran encuentro artístico y religioso que ya forma parte de una tradición en esta zona del país. A las 16.00, la Virgen Dolorosa llegó hasta la Barraca, para esperar que suban la cruz de Cristo, para la cruel crucifixión.
Alrededor de las 18.00, los estacioneros marcaron su paso con velas encendidas, como cada año, alumbrando el caminar de decenas de familias que peregrinaban enlazadas de fe y religión pura.
Los estacioneros partieron desde la Barraca. La comitiva, oriunda de Aregua, caminó por un sendero para buscar a la Virgen Dolorosa, a quien trasportaron con cantos y lamentos, acompañados por más de 10.000 personas que visitaron el lugar.
Hace 25 años, el artista Koki Ruíz ofrece su terreno privado en Misiones para acoger a todos los que deseen revivir parte de la historia de Jesús, logrando de esa forma fusionar el arte expuesto de diferentes maneras con la religión en esencia.
La belleza que fusiona la fe con el arte logró nuevamente aglomerar a miles de personas desde el miércoles hasta este Viernes Santo. Estiman que al menos 20.000 personas ya visitaron el lugar y se deleitaron con la belleza de cuadros vivientes y la historia misma de Cristo.
Este año la temática de la exposición cambió “un poco” por los 250 años de la expulsión de los Jesuítas. Esta vez no subirán a la Virgen Dolorosa hasta el Cristo en la Cruz, como en otras oportunidades, sino que la dejarán abajo y ahí automáticamente empezará la representación artística con un violinista que entrará en canoa. Se trata de Jorge Bedoya, de la Orquesta Barroca de San Ignacio.