El oficial primero Gustavo Narváez venía siguiendo en su vehículo particular a la empresaria, según se ve en las imágenes.
Mientras tanto, el suboficial segundo Arnaldo Lezcano los seguía en la patrullera, acompañado de la suboficial Petrona Ovelar.
De esta manera se desmiente la versión dada inicialmente por los uniformados, quienes dijeron que se trataba de un control fortuito y que el vehículo de la joven era sospechoso. No supieron precisar cuál era la sospecha.
La mujer fue seguida durante 15 minutos para posteriormente ser frenada por los oficiales que hoy están imputados por coacción grave, simulación de hechos punibles, privación ilegítima de libertad y posesión de estupefacientes.
Lo que los investigadores no pueden precisar es si la droga fue implantada por los policías o ya se implantó antes. Sospechan que Narváez estaba en comunicación con una persona, cuya identidad se desconoce y habría dado aviso de la carga en el auto de Villalba.
Una hipótesis de los investigadores es que esta persona pretendía que la empresaria vaya a parar a la cárcel, pero además, los uniformados quisieron cobrar una coima por realizar el procedimiento.