Homero llegó al seno de la familia Maidana apenas un mes después de haber nacido, de eso hace ya cinco años. Esta es la familia que lo vio crecer, lo sigue cuidando y hasta malcriando.
Sin embargo, lo que no sabían era que al año se convertiría en el perro de toda la cuadra y que cuidaría incluso a sus vecinos.
Comentó que Homero recorre las casas de todos los vecinos, de esquina a esquina, de esa manera elige también en qué casa dormir cada noche y en qué vivienda comer. “Todos le dejan comida sí o sí, nunca sabemos dónde va a ir a comer, entonces por las dudas le ponen nomás”, comentó Maidana.
De la misma manera busca una casa distinta cada noche para ir a descansar, aunque la mayoría de la veces lo haga de día, porque de noche custodia celosamente el vecindario.
“De día es muy bueno, no ladra ni le molesta a nadie, pero de noche si ve a algún desconocido en la cuadra alerta con su ladridos”, señaló su dueño.
Aunque pase más tiempo en la calle que en su casa, a Homero nunca intentaron lastimarlo ni llevarlo, por lo que así también se ganó el respeto y la admiración de todos los vecinos, además de su apodo.
Este humilde Shar Pei es el perro de Yerutí, una niña de 8 años de edad, hija de Blas. En la misma casa también vive un pastor alemán de 14 años, pero este no es tan amistoso como Homero.
La casa de esta familia se acaba de habilitar como posada turística para los que quieran hospedarse y conocer la ciudad de Cambyretá, Departamento de Itapúa, y sin duda podrán conocer a este guardián voluntario.