26 abr. 2024

Guaraní recargado

Aunque algunos datos indican que el uso del idioma guaraní disminuyó, hay claras señales de que está ganando cada vez más espacios. La lengua nativa marca presencia, incluso en el ciberespacio.

Guaraní

Revista Vida

Por Carlos Darío Torres / Foto: Fernando Franceschelli.

La persona que lo contactó afirma ser uruguayo, de Montevideo, y reconoce que no sabe una sola palabra en guaraní, pero insiste en que quiere que su establecimiento, Camino al Cielo, lleve su nombre en nuestro idioma nativo. El profesor David Galeano ya tuvo otros pedidos similares, así que el que acaba de recibir no lo sorprende. “Llámelo Yvága Rape”, responde el paraguayo.
“Lo inusual de este tipo de pedidos no es que existan, sino que cada vez sean más frecuentes. Y muchos provienen de lugares fuera de Paraguay. Hoy el guaraní está en su mejor momento; nuestro idioma nunca estuvo en un sitial tan alto”, asegura Galeano, miembro del Ateneo de la Lengua y Cultura Guaraní y de la Academia de la Lengua Guaraní.
Pero a pesar del optimismo del docente, los datos publicados por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (Dgeec) muestran una tendencia preocupante: el porcentaje de paraguayos monolingües en guaraní está disminuyendo. En 1992 eran el 37% de la población; en 2002 el porcentaje se redujo a 27%, y en 2012, los resultados parciales indican que la baja ya llegó al 7,9%. Parece que algo anda mal.
Galeano opina que son los datos los que extraviaron el rumbo. “Todo el mundo sabe que el censo de 2012 no fue el mejor de todos. Comparando los números del censo de 2002 con el de 1992, no es mucha la diferencia. Y no hay que perder de vista que en el grupo que habla y entiende guaraní y castellano hay gente que se mimetizó y no quiso decir que solo habla guaraní”, afirma el experto.
La profesora María Antonia Rojas Aranda, secretaria general del Ateneo de la Lengua y Cultura Guaraní, asegura que el censo de 2012 no finalizó y que se tomó como 100% del universo la muestra que alcanzó a realizarse. También advierte que se debe considerar que este se completó en la zona urbana pero no en la rural.

Se habla más

“Para nosotros aumentó la cantidad de guaraní hablantes monolingües. Nos basamos en los trabajos que realizamos, pues tenemos regionales en todos los distritos del país, cubrimos 100 ciudades, trabajamos en la frontera y tenemos trabajos de campo hechos por los compañeros, en donde es visible lo que afirmamos”, añade Rojas.
Galeano sostiene que si se tiene en cuenta el margen de error del censo, se puede decir que casi el 40% de la población paraguaya sigue siendo monolingüe en guaraní. El buen momento del idioma también se refleja en el aumento de la bibliografía escrita en nuestro idioma nativo y la que lo tiene como tema de análisis. “En la década de los 80, representaba el 10% (de lo publicado) y hoy debe estar por el 60%", agrega.
La popularidad actual del guaraní se nota también en el aumento de nombres autóctonos, tanto entre los varones como entre las mujeres, señala Galeano. Si bien admite que no posee datos estadísticos que sustenten esta afirmación, su experiencia le indica que tal incremento es real.
Y no se limita a nuestro país. Por ejemplo, el uruguayo de la anécdota referida al principio (que quería un nombre en guaraní para su propiedad), envió a Galeano una foto en la que el portal de acceso al establecimiento ya tiene impreso Yvága Rape.
Pero hay otros amantes de esta lengua allende nuestras fronteras. Por ejemplo, en Argentina y Venezuela, de donde al docente le llegaron pedidos de sugerencia de nombres en guaraní para sus hijos. “Un profesor brasileño, quien enseña nuestro idioma en Dourados –una localidad del estado brasileño de Mato Grosso do Sul–, bautizó a su hijo con el nombre de Amarú (padre de la lluvia)”, relata Galeano.

En la red y en las aulas
El guaranólogo agrega que el prestigio del guaraní en el exterior también se puede ejemplificar con el caso de Wolf Lustig, un alemán que en 1994 creó la primera página en internet en nuestra lengua nativa, a la que llamó Guaraní Ñanduti Rogue.
“A partir de ahí se da el otro gran paso, que es el haber ganado un lugar en el mundo virtual. Hay mucho guaraní en las redes sociales, blogs, páginas de distintas instituciones, etcétera. En 2007 participé de la creación de Vikipetã, la Wikipedia en guaraní”, recuerda Galeano.
La historia de Vikipetã es particular y ejemplar con respecto al crecimiento de las redes sociales y del guaraní. Nació gracias a la iniciativa de Sharunas Shimkus, un lituano de 24 años que no hablaba guaraní... ni castellano; pero se las arregló para contactar con Galeano y comunicarse con él, traductor mediante, para llevar adelante el proyecto.
Vikipetã se llama así porque sus creadores reemplazaron la “W”, que no existe en el alfabeto guaraní, por la “V”. Además, la sílaba final “dia” fue sustituida por “tã”, un sonido más afín a nuestro idioma originario, con nasalidad incluida.
Diariamente, Sharunas ayuda, desde Lituania, a alojar informaciones en Vikipetã. Ya habla guaraní, que aprendió gracias a las lecciones que Galeano le remite vía correo electrónico. La enciclopedia tiene actualmente 3.100 páginas e incluye informaciones generales y no solamente las referidas al Paraguay.
La internacionalidad de las informaciones fue sugerida por el propio Shimkus, quien propuso publicar como primer dato global la biografía del ex beatle John Lennon, el personaje más buscado en internet. Imagínense.
“El hecho destacado más reciente ocurrió hace poco, el 4 de abril, cuando presentamos 47.000 vocablos traducidos para la versión en guaraní del navegador Mozilla Firefox (Aguara Tata). Posiblemente, el mayor trabajo de traducción de esta naturaleza”, destaca Galeano.
Donde el guaraní también ganó terreno es en las instituciones educativas del exterior. Hoy existen universidades (ver recuadro) de Argentina, Bolivia, Brasil, Estados Unidos, España, Alemania y Japón, en las que este idioma es materia de enseñanza, y también de análisis.

Vuelta a clase

Tanto Rojas como Galeano afirman que el crecimiento de nuestra lengua materna se debió al esfuerzo de los particulares, amantes y estudiosos del guaraní, y que hubo muy poco esfuerzo desde el sector oficial. “Cuando empezamos en el Ateneo, en 1985, no teníamos ningún respaldo legal ni el idioma tenía la difusión que tiene hoy”, lamenta el docente.
Hasta 1944, el guaraní no tenía cabida en el sistema educativo. Ese año, Reinaldo Decoud Larrosa –uno de los máximos referentes en la materia– introdujo el estudio de este idioma en la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), y en 1956 lo incorporó al programa del Colegio Nacional de la Capital.
La Constitución Nacional de 1967 consagró a la lengua nativa como nacional, y en 1975 el Ministerio de Educación y Culto (hoy Cultura, MEC) lo incluyó en la formación de profesores de idioma. En 1987 la enseñanza del guaraní se hizo obligatoria en el Ciclo Básico.
Otro paso adelante se dio en 1992, con la nueva Constitución Nacional, que en el artículo n.º 140 reconoce al guaraní como idioma oficial al lado del español y, en el artículo n.º 77, garantiza el derecho al aprendizaje en lengua materna; y luego a recibir una educación bilingüe.
En ese marco, en 1994 se inicia la reforma educativa, que incluye la enseñanza del guaraní en la educación Básica y en la Media. “Lastimosamente no había profesores. Recién a partir de 2000 el MEC empieza a formar maestros bilingües, pero en el Ateneo ya habíamos preparado a algunos”, explica Rojas.
A partir de 1999, los referentes de la lengua comenzaron a cuestionar el modelo aplicado por el MEC, debido a que solo consiguió generar la resistencia y el rechazo de alumnos y padres hacia el guaraní.
“El plan es el mismo que gestionamos en 1999, pero que no fue aplicado como nosotros pensábamos. La enseñanza tiene que ser más dinámica, más lúdica, más entretenida; con más juegos, más canciones; el alumno debe poder recitar una poesía corta, saber contar cuentos”, agrega Galeano.
El docente afirma también que hay que hacerles escuchar el idioma a los niños y hablarlo en casa. “En las escuelas se tiene que cambiar el programa que se aplica, porque es gramaticalista. Así como ocurre con el castellano, saber qué es un complemento directo no les va a servir en ningún lado, necesitan hablar”, añade.
Según Galeano, la carga horaria no es equilibrada para uno y otro idioma, y destaca que un profesor de nuestra lengua nativa solo tiene dos horas para desarrollar la clase, mientras que son cinco las dadas en castellano. El docente propone que se extiendan a tres para el guaraní y la misma cantidad para el español.
Actualmente, el Ateneo y la Academia, creada en 2010, tienen el objetivo común de elaborar las políticas para el desarrollo del idioma, cada cual en su ámbito y presupuesto. Incluso, la institución privada tiene proyectos de rescate de términos en comunidades guaraní hablantes en el país y en comunidades indígenas de países vecinos. Nuestra lengua tiene vida.
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El guaraní en el mundo
El idioma guaraní se enseña en numerosas universidades de Sudamérica, Europa y Asia. Algunas de ellas son: la Universidad de Buenos Aires, la de Rosario, la Universidad del Nordeste y la de Misiones (Argentina); la Universidad Indígena Boliviana Guaraní (Bolivia); la Universidade de São Paulo y la Universidade de Integração Latino-Americana (Brasil); la Universidad Autónoma de Madrid (España); las universidades de Mainz, de Bremen y la Universidad Libre de Berlín (Alemania); la Universidad de París (Francia) y la Universidad de Chiba (Japón).
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Génesis

El guaraní y sus variantes dialectales pertenecen a la familia de lenguas tupí-guaraní. Antes de la llegada de los españoles, era utilizado al este de la Cordillera de los Andes, desde el Caribe hasta la altura del Río de la Plata. El guaraní paraguayo, el que hablamos actualmente, deriva del que usaban los carios, quienes habitaban en los alrededores de Asunción. Hoy lo hablan alrededor de ocho millones de personas, de los cuales siete millones viven en Paraguay.