Mientras que los bajos niveles de acceso a internet en el país limitan su alcance nacional y no son totalmente libres para expresar lo que piensan, las publicaciones en línea están abriendo un abanico de voces y marcando un debate sobre el papel de la prensa local. “La prensa estatal habla de cosas que no les importa a nadie, te oculta la realidad”, dijo Abraham Jiménez, de 27 años, quien colanzó en marzo, junto a un grupo de amigos, la revista de internet El Estornudo. “El Estornudo es como una reacción a este contexto, queremos decir la verdad”, apuntó.
Si bien la Constitución cubana prohíbe la propiedad privada de los medios de comunicación y no hay máquinas para la impresión de periódicos independientes, los sitios de internet hasta el momento han sido tolerados por el Estado siempre y cuando no sean “contrarrevolucionarios”, un término usado generalmente contra quienes se expresan contra al Gobierno.
El presidente Raúl Castro sigue impidiendo el acceso a internet a los medios de comunicación disidentes, como el de la bloguera más famosa del país, Yoani Sánchez, así como otros sitios que se oponen al Gobierno y que tienen sede en Miami.
Los nuevos sitios, principalmente manejados por la generación del milenio, se han distanciado de los grupos disidentes. Reuters