“Fonseca no se animó a ir más allá", dijo González, defensora del polémico gomero que dio a conocer su negocio por medio de pasacalles creativos. Con esta técnica logró escrachar a la clase política y, a la vez, hacer conocida su gomería.
Alfonso colocó frente a su negocio, ubicado en Asunción, un pasacalle que decía cuanto sigue: “Cubiertas usadas en buen estado... como la cola de Fonseca. Duras y resistentes como la cara de Ibáñez. Súper accesible, como político pidiendo voto”. Sacó una foto, compartió en redes y rápidamente el hecho se volvió viral.
Al ver la imagen, la legisladora dijo haberse sentido aludida por un pasacalles instalado para comercializar sus cubiertas. Trató al gomero de maleducado, le dijo que hirió su honorabilidad y que tampoco está respetando a la familia de la senadora.
Tras lo sucedido, Kattya González se comprometió en asesorar al gomero en caso de que lo demanden. Valdez Maldonado dijo estar sorprendido por la llamada que recibió de parte de Fonseca, quien lo amenazó con presentar una demanda ante el Ministerio Público.
“Fonseca no se animó a ir mas allá, porque si tuvo buenos asesores, imagino, se debió dar cuenta de que era algo que no podía prosperar para nada y también creo que no demandó para ponerle paño frío a la situación”, sostuvo Kattya González este domingo en contacto con Noticias Py.
Contó además que todavía no tienen noticias sobre algún tipo de demanda contra su defendido, pero que existe un plazo de seis meses para la suscripción de una querella privada.
Burla y negocio
Aunque pueda costarle una demanda, Alfonso Valdez reconoce que mediante pasacalles de burla hacia políticos gana nuevos clientes. No es la primera vez que lo hace, ni la última, ya que le indigna la clase política y la traición a la patria.
Sin distinción de partidos políticos, Valdez se burló de la senadora liberal Blanca Fonseca y del diputado colorado José María Ibáñez en un pasacalle que ubicó de manera estratégica frente a su local de venta de cubiertas.
La foto llegó a manos de la senadora Fonseca, quien dijo sentirse afectada por la burla del gomero y lo amenazó con demandarlo este fin de semana. Él, por su parte, no tiene problemas en defenderse en un juicio abierto, precisó.
Más allá de la demanda y la polémica, Alfonso se sinceró y contó que no es la primera vez que utiliza tal recurso como una estrategia de marketing. “Yo lo que quería era vender mi cubierta nomás, no tenía otra intención. La senadora se puso sola el saco. Se tomó por aludida”, dijo.
Agregó que si bien le indigna el comportamiento de la clase política, su idea se inició con el fin de ganar clientes nuevos y le funcionó. “La imagen se volvió viral, la gente llamó y preguntó después dónde era el negocio. Se logró el objetivo, la gente está harta”, contó.