Carlos Aquino |ÚH| San Pedro
Ávalos fue asesinado el 29 de diciembre de 2015 en su propia vivienda en General Resquín. Según su concubina, Liliana Pérez, la pareja se encontraba cenando cuando llegaron, supuestamente, tres hombres y rociaron con balas al hombre, quien recibió 27 impactos, presumiblemente de calibre nueve milímetros.
Los familiares de Ávalos acusan a la concubina de ser la responsable del asesinato, junto con sus hermanos Emiliano y Marciano Pérez. Explicaron que en septiembre del año pasado se realizaron allanamientos en la casa de los mismos y fueron incautadas varias armas, entre ellas una pistola calibre 9 milímetros, la que se utilizó para matar a Pablo.
Acusan a los Pérez Areco, y en especial a Liliana, de manejar la justicia y que por eso el fiscal que investiga el hecho, Alberto Torres, ni siquiera imputó a la mujer. Emiliano, el otro supuesto autor, cuenta con orden de captura por feminicidio en Lima.
“Aquí la que maneja la justicia y hace lo que quiere porque el que tiene dinero es Pérez Areco, y ella y sus hermanos Marciano y Emiliano planearon el asesinato de Pablo. Este Emiliano Pérez después mató a su esposa y hasta hoy sigue sin ser detenido,”, expresó Elva Diana Iriarte, familiar del fallecido
Por su parte, María Elena Ávalos, hermana del hombre asesinado, pidió al fiscal general del Estado que controle a sus fiscales de Santa Rosa del Aguaray porque aquí los pobres no encuentran justicia.
“No vamos a dejar impune la muerte de mi hermano sólo porque su concubina tiene plata. Ella grita a los cuatro vientos que tiene dinero para seguir comprando fiscales, policías y jueces, y hay pruebas de que ella y sus dos hermanos planificaron y ejecutaron a mi hermano, señaló.
Por su parte, el fiscal Alberto Torres desmintió que el Ministerio Público no haya actuado. Hay dos imputados en el caso, uno en la cárcel y el otro está prófugo. “Allí existe disputa por intereses económicos, el caso ya no está en mi unidad”, señaló.