Se esperaba una reñida puja electoral, especialmente entre los dos principales movimientos políticos contendientes en el Partido Colorado, pero la victoria del candidato disidente, Mario Abdo Benítez, sobre su contrincante oficialista, Santiago Peña, sorprendió por su contundencia desde los primeros resultados brindados por las bocas de urnas.
Era previsible estimar que el peso de la estructura organizativa y el reiterado uso de los recursos del Estado podrían volcar la balanza en forma significativa a favor del candidato oficialista, pero tal cosa no llegó a suceder. Una importante mayoría del electorado colorado estaba decidido a ejercer el voto castigo contra los referentes del actual Gobierno, especialmente contra el presidente Horacio Cartes, líder del movimiento Honor Colorado y principal articulador de la campaña electoral de Peña. Por algo es ahora considerado como el “mariscal de la derrota” de estas elecciones.
Más que votar a favor de Abdo Benítez o en contra de Santi Peña, el electorado votó en contra del proyecto del cartismo de perpetuarse en el poder. Fue un voto en contra del atropello cometido contra la Constitución, cuando Cartes y sus aliados en la disidencia liberal, dirigida por el senador Blas Llano y en el Frente Guasu, liderado por el ex presidente Fernando Lugo, quisieron forzar la enmienda de la Carta Magna para imponer la reelección presidencial, provocando una gran movilización ciudadana y una reacción represiva que causó heridos, una muerte y la quema del edificio del Congreso en marzo y abril de este año.
Fue también un voto contra la partidización de la educación y la salud, contra la instrumentalización de los funcionarios públicos con amenazas y despidos, contra el uso alevoso de los recursos del Estado en campañas políticas, pero principalmente contra el avasallamiento a las instituciones democráticas y la corrupta manera en que se maneja la Justicia desde el poder político, evidenciados por la filtración de grabaciones de conversaciones telefónicas que involucran al ex presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y candidato número tres de la lista de senadores del oficialismo, Óscar González Daher.
La actitud de los votantes del coloradismo, como los de la segunda principal organización política, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que también castigaron al sector llanista que se había aliado con Cartes, demuestran que una gran mayoría está en contra de la soberbia y del manejo autoritario en la gestión política.
Es una lección que los actuales ganadores, que competirán en las elecciones generales de abril de 2018, deben entender muy bien y aprender de ella, para no incurrir en errores similares a los que cometió el cartismo. Todo parece indicar que el electorado ya no está dispuesto a tolerar que gobernante alguno avasalle los derechos básicos de la gente, ha comprendido que tiene en sus manos el castigo ejemplar en las urnas, tal como ha ocurrido este domingo.