01 may. 2025

El informe Lugano II

Por Guido Rodríguez Alcalá

Ochenta personas poseen el cincuenta por ciento del producto mundial bruto, según afirmó el profesor Bernardo Kliksberg en una conferencia pronunciada la semana pasada (abc, 11/3/15).

La conferencia tocó un problema de actualidad: el aumento de la desigualdad, a nivel mundial, en los últimos años.

Ese problema ha sido el tema de varios libros, incluyendo el de Nicolás Piketty, El capital en el siglo XXI, éxito editorial del año pasado y que ya se encuentra en venta en librerías asuncenas.

Es un texto escrito por un economista para personas que no son economistas, y que lo pueden leer poniendo empeño. Sobre el mismo tema existe otro libro, también disponible en nuestras librerías, y es el de Susan George, El informe Lugano II. La autora pertenece al grupo ATTAC, que se opone a la globalización, y ha logrado exponer sus ideas con talento literario en una obra que me permito llamar distopía.

¿Qué es una distopía?

Lo contrario de una utopía, que es la presentación de un mundo inexistente y deseable (la palabra viene del griego y significa “en ningún lugar”).

La referencia forzada es el libro Utopía, escrito por Tomás Moro, ministro del rey inglés Enrique VIII. Pudo no haberle gustado al rey, que hizo decapitar a su autor, aunque el motivo pudo ser otro, porque Enrique tenía un modo drástico de dirimir querellas políticas y conyugales.

Considero una distopía a la novela 1984, de George Orwell, que nos presenta un mundo inexistente e indeseable, donde los gobiernos tienen un control total sobre la ciudadanía, espiada con cámaras y grabadoras. El espionaje electrónico de los años recientes le ha dado una nueva actualidad a 1984.

A esa línea pertenece El informe Lugano II, de Susan George.

Supuestamente, se trata del informe presentado por un grupo de intelectuales funcionales al reducido grupo de grandes empresas que gobiernan el mundo.

El sistema vigente se ve cuestionado por los movimientos sociales, que cuestionan las desigualdades económicas existentes, y exigen que se haga algo para detener el cambio climático, una amenaza para la subsistencia de millones de personas.

La crisis económica de 2008 ha dado mayor fuerza a esos movimientos sociales, lo cual apeligra la posición dominante de la élite.

¿Qué hacer para conservarla? Este es el dictamen del informe Lugano.

No debemos preocuparnos por la crisis económica, porque el resultado ha sido una mayor concentración de la riqueza: no ha habido mayor control ni tampoco sanciones contra los grandes de las finanzas.

Los paraísos fiscales siguen siendo un modo de evadir impuestos.

¿El cambio climático? Es una realidad, pero podemos bloquear cualquier tentativa gubernamental de regulación ecológica que disminuya nuestras ganancias. Por supuesto, habrá gente de más en el mundo; para deshacernos de ella, dejemos obrar a los cuatro jinetes del Apocalipsis: la guerra, el hambre y la peste inducidas se encargarán de diezmarla sin necesidad de que nosotros intervengamos directamente.

Esta es la pintura del mundo desolador de Susan George que, aun siendo ficticio, no deja de inquietarnos.