Cuando se conoció el onceno que iba a iniciar ante Nacional, en las gradas de Para Uno reinó la incertidumbre. La presencia desde el inicio de Jorge Salinas y Acuña generó cierta duda entre los hinchas.
En los partidos anteriores Olimpia jugó bien, pero por momentos se tornaba lento, sin explosión y el técnico franjeado está buscando la fórmula para ser más dinámico y explosivo. La fecha anterior lo consiguió con el juvenil Michel Franco y esta vez, al menos en los primeros 20’, logró que su equipo sea intenso.
Daniel Raschle, desde su llegada, adelantó varios metros más la línea de achique de la Academia y, pese a que se expone en defensa, juega en un campo más reducido, es un equipo corto y que denota un leve repunte en su juego.
El 4-1-4-1 que propuso Chiqui le sentó muy bien a Cristian Riveros, que jugó enfrente de la línea de 4 defensores y detrás de los volantes y desde allí dirigió la orquesta franjeada, que cada vez toca y juega mejor. Justamente en una jugada cortada por este, se inició la acción fantástica que contó con la participación de Torres, Mendieta y que terminó en el golazo de Salgueiro.
dominio estéril. En la complementaria el entrenador tricolor realizó dos modificaciones de movida y las mismas tuvieron efectos positivos.
Con Juan Argüello y Gustavo Velázquez en cancha, Nacional fue más agresivo, y Melgarejo, posicionado por el centro, trascendió más. El equipo de Raschle tuvo mucha posesión del esférico, tuvo el control del juego, obligó a Olimpia a replegarse y gastar los tres cambios en variantes con perfiles defensivos, pero muy pocas veces puso en peligro el arco de Cristian Campestrini.