La tarde estaba pesada y el trabajo se hacía engorroso. El tedio tensaba el clima y la tragedia acechaba oculta entre el cansancio y el hastío. Eran las 14.00 del sábado. Dios estaba apurando en su trono celestial el trabajo del fin de semana para poder disfrutar del domingo –nunca mejor dicho–: su día.
Dispensaba capacidades y miserias tejiendo el destino de sus hijos recién nacidos antes de despacharlos al mundo terrenal. Un amanuense medio incompetente le leía las virtudes y defectos de que dotaba a cada vástago y él decidía dónde debía nacer.
–Conciliador –leía el escriba–, culto, blanco, educación universitaria y con aspiraciones en el negocio bancario.
–Suiza.
–Atlético, de raza negra, aspiraciones deportivas, un enorme ego y conflictos raciales no resueltos.
–Estados Unidos.
–Blanco, atlético, con sangre irlandesa, conservador, medio racista y con intenciones de servir como policía.
–Estados Unidos... Mejor no, trató de corregirse Dios.
–Ya es tarde –interrumpe casi impertinente el amanuense–, es obra de Dios y no puede cambiarse.
"¿A este me envió Satanás?”, dice molesto para sus adentros. Luego alza el tono de voz y agrega:
–Al menos que no se conozcan.
–¿Seguimos?...
–Sí –subraya fastidiado.
–Hablador, con ínfulas de europeo venido a menos, pretencioso, aunque creativo y, a veces, hasta agradable.
–Argentina.
El aire se espesa aún más porque Dios sabe lo que dirá su ayudante.
–Tu trabajo es fácil y, pese a ello, desordenado y con consecuencias desagradables. En síntesis, a veces jode la vida a la gente –irrumpe el escribiente.
Dios está a punto de sepultar cielo y tierra en un mar de furia divina. En tono desagradable añade:
–Ahora usted hace mi trabajo y yo el suyo.
–Con ese carácter –susurra el secretario– ahora entiendo lo de tu hijo.
–¿¿¿¡¡¡Qué!!!???
–Nada. Lo escucho.
–Okey, leo las virtudes y defectos, y usted designa la nación. Honesto, democrático, inteligente e incorruptible.
–Paraguay.
–Noooo... Bueno, dótele aunque sea de paciencia y resérvele un lugar seguro en el cielo, porque este hijo la va a tener complicada.
–Deme una última oportunidad, por favor.
–Okey. Político carismático, adorado por las masas, inteligente y ambicioso. Con un discurso democrático, pero escondiendo dentro suyo un enorme despotismo militarista, violencia sin par y odio enorme hacia sus vecinos.
–Alemania.
–¡¡¡Noooo!!! ¿Qué hizo pedazo de animal?...