El británico de origen japonés Kazuo Ishiguro, una mezcla de Jane Austen y Kafka con una pizca de Proust según la Academia Sueca, ganó ayer el Premio Nobel de Literatura por sus novelas en las que narra el mundo de las ilusiones y la memoria. El premio está dotado de USD 1,1 millones.
El autor está vinculado al mundo del cine desde hace décadas, y cuando en 1993 se estrenó la película Lo que queda del día, la delicadeza de su historia de amor conquistó a los espectadores de todo el mundo y fue nominada a ocho Oscar, pero pocos conocían al creador de la novela en la que se basaba.
Era Kazuo Ishiguro, un escritor que había sabido retratar con gran sensibilidad la formalidad y el control de las emociones tan característicos de la personalidad británica.
Con esa novela, que era tan solo su tercer trabajo, había ganado en 1989 el Booker Prize. Era una joya conocida en el mundo literario, pero fue su salto al cine el que hizo de ella una lectura imprescindible. La novela vendió un millón de ejemplares solo en Inglaterra y la película fue un éxito de crítica y público.
La tierna historia de un mayordomo, James Stevens, interpretado por Anthony Hopkins, que se enamora de un ama de llaves, Miss Kenton (Emma Thompson) en la estricta Inglaterra de los años previos a la Segunda Guerra Mundial, conquistó a lectores y espectadores.
MÁS FILMES. El autor ha alternado su trabajo entre literatura y cine e incluso fue productor de la adaptación en 2010 de otra de sus novelas, Nunca me abandones, con Keira Knightley, Carey Mulligan y Andrew Garfield. La obra también se convirtió en la serie de televisión japonesa Watashi wo hanasanaide (2016).
Pero la relación con el mundo audiovisual de este licenciado en Filosofía y Filología había empezado mucho antes, en 1984, cuando escribió los guiones de dos películas para televisión, A Profile of Arthur J. Mason y The Gourmet.
También colaboró en el guion original de The Saddest Music in the World (2003), un musical protagonizado por Isabella Rossellini, además de encargarse del de La condesa blanca (2005), un filme dirigido por Ivory y protagonizado por Ralph Fiennes y Natasha Richardson.
“A menudo me preguntan si me preocupa que escribir guiones pueda hacer que mis novelas sean más como guiones. Pero creo que es exactamente lo contrario. Mirando hacia atrás, mi primera novela, Pálida luz en las colinas, me parece muy cercana a un guion en cuanto a la técnica”, explicó Isighuro en una entrevista con el blog especializado Readers Read.
EL GALARDÓN. La secretaria de la Academia Sueca, Sara Danius, dijo durante el anuncio del ganador en Estocolmo que Ishiguro, de 62 años, “reveló en novelas de una gran fuerza emocional el abismo bajo nuestro sentido ilusorio de conexión con el mundo”.
“Está muy interesado en entender el pasado, pero no es un escritor proustiano, no trata de redimir el pasado, explora lo que hay que olvidar para sobrevivir como individuo o como sociedad”, explicó Danius.
Sobre las obras de Ishiguro, aseguró que todas ellas son “maravillosas y verdaderamente exquisitas”, pero mostró su predilección por la última, El gigante enterrado (2015), aunque también hizo hincapié en que Lo que queda del día es una “obra maestra”.
La elección de Ishiguro refuerza el dominio de la prosa y de la literatura en inglés en el palmarés del Nobel: 77 de 114 escritores premiados son narradores y 29 usaron esa lengua, por 14 autores en francés, 13 en alemán y 11 en castellano. EFE y AFP