EFE
De acuerdo con la fiscalía, el cráneo de este dinosaurio, que vivió hace 65 millones de años a finales del periodo Cretácico, es el último obtenido por las autoridades dentro de una larga lista de fósiles importados ilegalmente por una red de contrabando, varios de los cuales han sido ya devueltos a Mongolia desde 2012.
La fiscalía indicó además en un comunicado de prensa que la persona que compró la cabeza accedió a entregarla tras conocer que es producto de un saqueo en el desierto Gobi de Mongolia.
La lista completa incluye tres esqueletos completos de Tiranosaurio, dos de dinosaurios vegetarianos Saurolophus, que vivió hace unos 65 millones de años, uno de ellos completo y seis de Ovirraptores, cuya existencia se ubica alrededor de 88 a 70 millones de años, conocidos por comerse los huevos de otros dinosaurios.
También cuatro Gallimimus, del mismo período Cretácico, otro parcial del Anquilosaurio o lagarto acorazado, que vivió hace 60 millones de años, así como nidos con huevos de variados dinosaurios, lagartos y tortugas prehistóricas no identificadas.
Las piezas fueron recuperadas luego de que Mongolia presentara una demanda civil ante las autoridades de EEUU solicitando la confiscación de los fósiles y su retorno a su país de origen.
En marzo de 2007 una casa de subastas con sede en Caliornia ofreció el esqueleto de la cabeza del Tiranosaurio bataar, que había sido traído por barco un año antes a EEUU, falseando los papeles de aduanas, para ser subastado en esta ciudad.
Fue vendido por 230.000 dólares a una persona de California. En 2015 las autoridades inspeccionaron la pieza y confirmaron que era una de las reclamadas por Mongolia.
El operativo que condujo hasta los fósiles fue realizado en conjunto con el Departamento de Inmigración y Aduanas y el Servicio de Investigación Nacional y comenzó en marzo de 2012, informó la fiscalía.
Fue entonces cuando el gobierno estadounidense inició los trámites de devolución de un esqueleto de Tiranosaurio bataar que se subastó por más de un millón de dólares.
Las investigaciones llevaron a la detención de la personas que había importado ilegalmente los fósiles, Eric Prokopi.
Prokopi tenía todo un “alijo” de fósiles traídos a este país de manera ilegal, pero se ofreció a colaborar en la investigación y solo fue condenado a tres meses de prisión.