Por Mariela Rivarola
MISIONES
Triste adiós dieron al sargento primero de infantería Roberto Fabián Cañete ayer por la mañana en la zona de Misiones.
El padre Joaquín Martínez, de San Juan Bautista, se refirió durante su homilía al ataque ocurrido este sábado en Arroyito, Concepción, e indicó que los militares son marginados y que detrás de sus muertes hay mucho dinero.
Ayer bajo una mansa lluvia y centenar de personas despidieron a Roberto Fabián Cañete, militar asesinado en el Norte por grupo criminal del Norte. El mismo era oriundo de Caazapá, pero vivía con su esposa e hijos en una de las compañías de Santa Rosa, Misiones.
La tristeza reposó sobre el pueblo misionense cuando a las 9.10 las campanas repicaron en la iglesia, anunciando la llegada del cuerpo del militar caído en acto de servicio.
El sacerdote dijo que los uniformados en todo momento están obedeciendo órdenes de sus superiores. “Y todos ellos, que están aquí presente en la misa, me darán la razón, les dicen nde tavyrón, nde tavycho y están obedeciendo. Y sabemos que detrás de estas muertes, detrás de esta sangre, corre mucha plata, hay tantas ocultas, y como siempre sangre de inocentes corre por culpa de la plata”, reflexionó el cura párroco.
Luego de la misa, el cuerpo fue depositado en el cementerio local de Santa Rosa, Misiones, donde sus amigos, familiares y camaradas lo despidieron como un héroe. Allí, su hermano Mario Cañete, en medio del dolor y el llanto, pidió justicia al Estado y que la muerte de su hermano no quede impune. “Solo pido justicia para que esto ya no siga ocurriendo, hoy le despedimos a mi hermano, que deja tres hijos pequeños huérfanos”, clamó Cañete.