Por su parte, el MOPC informó ayer que los datos analizados para determinar la situación hidrológica actual de la cuenca del río Pilcomayo, que afecta al país, corresponden a informes oficiales proveídos por la Comisión Nacional del Río Pilcomayo, que a su vez se sustentan en los datos históricos oficiales disponibles en la web de la Comisión Trinacional del Río Pilcomayo (Bolivia, Argentina y Paraguay).
Según la cartera, los datos fueron obtenidos de 12 puntos de medición a lo largo de toda la cuenca, desde Sucre, Bolivia, hasta Asunción, Paraguay. “Estos datos revelan que el actual nivel de aguas en la cuenca media del Pilcomayo es la más baja en los últimos 19 años en relación a los caudales promedios de riadas”, señaló el comunicado.
De acuerdo al MOPC, las precipitaciones registradas en la cuenca alta del río Pilcomayo (Bolivia) y en Pozo Hondo-Misión La Paz (Paraguay) demuestran que entre los dos periodos de riadas de los años 2014-2015 y 2015-2016, hubo una reducción del 35% en las precipitaciones totales.
Por otro lado, justificó que la situación en Paraguay y en Bolivia “no puede ser equiparada” porque el cauce principal del Pilcomayo se inicia en territorio boliviano y discurre en territorios paraguayos y argentinos por canales y lagunas artificiales, como consecuencia de la colmatación.
El director de la Comisión Pilcomayo, Óscar Salazar, señaló: “Es posible que ellos puedan decir eso (que no hubo sequía en Bolivia). Es posible, porque el Pilcomayo baja desde 3.900 metros de altura hasta la llanura que estamos nosotros, en un recorrido total de 2.426 km, y obviamente con los aprovechamientos que pueden haber por el camino, en la cuenca alta puede haber agua y en la cuenca baja no. Esto desde un punto de vista muy general”, expresó. Lo concreto es que el MOPC gastó G. 25.000 millones, pero el agua no ingresó al país, lo que hoy es una catástrofe para el Chaco.